No hay mejor época del año hidrológico para emitir un desiderátum que el mes de octubre. Porque es cuando da sus primeros pasos. Nuestra aspiración en forma de poema de un deseo que aún no se ha cumplido. Nuestro «no va más».
Para nosotros en particular, que escribimos sobre ella y para todos en general, el agua es digna. La cosa más digna de de ser apreciada en su clase. Y por eso, lo mejor que puede existir, o imaginarse o desearse. Lo mejor que puede llegar a ser u ocurrir cuando no está disponible. El desiderátum.
Nada mejor entonces para comenzar el año hidrológico que unos versos dedicados a todos los que nos brindan su amistad, nos siguen cada semana y nos acompañan en nuestra aventura. A los que tienen al agua como desiderátum.
Ojalá que todos y cada uno de los versos del poema, sus 9 deseos, se cumplan. Y que duren mucho más de un año. Porque todo lo que dure el agua, durará la vida.
Fuego, frío, mar, lluvia, nube, sequía. Y hoy, terribles inundaciones en el levante y sur mediterráneo peninsular.
Pasado, presente triste de los ahogados y afectados por las avenidas. Y, sobre todo, futuro del agua en un poema de .buenos deseos para el año hidrológico que acaba de echar a andar.
Nuestra solidaridad para Valencia, Málaga, Albacete y todas las zonas inundadas. Así es el agua. Mater amantisima y severa madrastra
Lorenzo Correa
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