El poeta había vivido intensamente dos sequías importantes. 2008 y 2024. En ambas, como no había agua, ésta no era de nadie. Pero él creía firmemente, porque una vez tuvo que aprenderse muchos artículos de la vetusta Ley de Aguas, que el agua es de todos.
La polémica en ambas situaciones de sequía fue la misma. Por una parte, pasada la de 2008, el argumento potente era que cada vez habrá más sequía duraderas, porque eso se desprende del cambio climático en años venideros. Repetido todos los días en la de 2022-2024.
De otro lado, que para evitar nuevas situaciones de agobio, a partir de la sequía de 2008, el gobierno autonómico había dado con la solución. Su modelo de política, muy racional, cubría todos los flancos. Recuperación de aguas freáticas, políticas de ahorro, desalinizadoras para evitar trasvases y sistema de tasas del agua por tramos, para desanimar consumos excesivos.
Dos desalinizadoras se inauguraron. Hubo una década de tranquilidad y relajo. Se dedicó el dinero a otras cosas. Todos los trasvases previstos fueron arrumbados en el cajón del olvido de lo rancio y obsoleto.
Pero volvió la sequía, aprovechada aprovechada por los sectores trasvasistas para impulsar uno de sus proyectos, el de la interconexión. Además parece imposible que las empresas privadas de funcionen en un contexto de crecimiento cero o decrecimiento. Y hay muchas.
Volvieron a surgir las protestas de los que proclaman que «nos roban el agua, Barcelona impide nuestro desarrollo«. Sin embargo, no solo Barcelona había crecido. También la mayor parte de poblaciones y comarcas lo habían hecho. Y en todos, el modelo de consumo es a menudo tan irracional como en la metrópoli.
Se acercaba el verano, las elecciones autonómicas. Seguía sin llover y el terror se reflejaba en las caras de los gestores políticos del agua. Por fin, llovió. Estamos en verano y parece que el terror en el peor de los casos no volverá hasta Navidad.
Y nosotros, compusimos un soneto trasvasista. Porque el cambio demográfico y la expansión de nuevas formas de vida y desarrollo urbano, seguirán favoreciendo el aumento del consumo per cápita (no sólo de agua, también de energía, espacio y materiales). Y el turismo, en sí mismo un importante consumidor, seguirá estando en el centro del modelo de especialización productiva. Y la agricultura continuará presionando por ampliar regadíos.
Así que, además de las soluciones regeneradoras y desalinizadoras, que venga el trasvase, aunque sea en verso. Porque el agua es de todos.
Lorenzo Correa
Consigue nuestro libro «100 Poesías del agua» en Amazon
¿Te interesa la gestión seductora del agua mediante la generación de confianza en el usuario?
Contacta con nosotros para más información sobre la participación de Lorenzo Correa en charlas, conferencias, formaciones o debates a nivel internacional.