Verde está el espacio fluvial cuando avanza una primavera esperanzada. Lecho, márgenes y ribera han dejado los secos tonos marrones del invierno frío, para adornarse de verde.

La primavera esperanzada ya ha visto aquí cómo la lluvia, todavía tímida, ha mojado la cuenca del río modesto. Tanto se ha alegrado, que solo con unas gotas y unos rayos del sol generoso, se ha hecho un vestido.

Y así lo vemos, cuando acudimos a su llamada para visitarle. Vestido de primavera esperanzada. Hoy la naturaleza ha puesto un quitasol para que el vestido verde no se queme. Son las nubes que anuncian más agua. Se acabaron los descansos de las fuentes. Los ruiseñores volverán pronto a cantar junto a las rosas.

Abril acaba, mayo se acerca y las tormentas vespertinas dejarán caer sus regalos húmedos sobre la cuenca. Y así, pronto veremos en el lecho fluir caudales en los que el verde de la primavera esperanzada reflejará las bellezas del paisaje

Lorenzo Correa

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