Enfrentando la furia de la naturaleza: Ciudades protegidas ante la devastación de las inundaciones


Por fin llovió con con intensidad en la cuenca mediterránea. Y las ciudades que no están protegidas por embalses laminadores en las cabeceras de sus cuencas. lo volvieron a sentir. Terrassa, industriosa y populosa población catalana, volvió a recordar el caos provocado hace ya 61 años cuando la furia de la naturaleza envió agua y barro a sus cauces. Pertenecen a la cuenca de la riera de Rubí, tributaria del río Llobregat. Una cuenca, ésta de Rubí que por sus características físicas, carece de embalses de regulación

Nos acercamos a la riera de las Arenas cuyo aspecto impresionaba, cuando puede verse en nuestra foto de portada. Allí, recordamos y revivimos el caos de la avenida de 1962. Cientos de muertos en una noche de terror. Los escuetos encauzamientos subterráneos que cruzaban la ciudad reventaron literalmente. Entonces, los puentes volaron por los aires y las personas con sus enseres fueron arrastradas por la furia de la ola de avenida. Dejamos aquí dos imágenes del terror provocado por el agua asesina.

Caos
Avenida de 1962 en la riera de Las Arenas (Terrassa). Así quedó el puente del FFCC

Ayer, la tormenta volvió a centrarse sobre esta cuenca. Pero ya existía un encauzamiento. por fortuna Y lo peor fue domeñado por él. Tan solo un conductor que transitaba por uno de los afluentes de la cuenca alta, pereció en su vehículo con su acompañante cuando se supone que intentaba cruzarlo.

61 años de diferencia entre dos tormentas devastadoras. La diferencia de consecuencias, un encauzamiento urbano. Pero la avenida en una ciudad encauzada también puede ser un evento aterrador y devastador. El agua que no puede franquear los muros de encauzamiento se deja ir por las calles. Y entra en hogares, edificios y áreas públicas, causando daños significativos y poniendo en peligro la vida de las personas. Pero siempre su golpe es más suave que cuando no hay un cauce artificial diseñado para que lo peor de la avenida se encaje en él.

Siempre, el terror de una inundación en una ciudad puede provocar pérdida de vidas, destrucción de propiedades, evacuación forzada, interrupción de servicios esenciales y riesgos para la salud. Por fortuna, las obras hidráulicas minimizan los peores efectos. Por eso el encauzamiento no es ninguna garantía de desaparición del peligro, solo lo aminora. Adoptemos siempre medidas de prevención. Como estar atento a las advertencias y evacuar cuando sea necesario, para reducir los riesgos y proteger la vida y la propiedad en caso de una avenida.

Caos
Avenida de 1962 en la riera de Las Arenas (Terrassa). Desolación tras una noche de terror

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