En 2014, se instituyó y celebró el primer Día Mundial de la Higiene Menstrual. Ayer se acaba de celebrar la edición correspondiente a este año. El reto planteado en esta ocasión es hacer que la menstruación sea una realidad normal para 2030.

Porque no es aceptable que, debido a una función corporal natural, las mujeres y las niñas sigan sin poder recibir educación Ni obtener ingresos y poderparticipar plenamente y en condiciones de igualdad en la vida cotidiana.

El Día Mundial de la Higiene Menstrual es una iniciativa global que busca crear conciencia. Incide por ello en los desafíos que enfrentan las mujeres y niñas en todo el mundo en relación con su salud menstrual. Es una oportunidad para fomentar tanto la educación como el acceso a productos menstruales adecuados. Y la eliminación de los estigmas asociados con la menstruación.

A pesar de ser una experiencia natural y común para la mitad de la población mundial, la menstruación sigue siendo un tema tabú en muchas sociedades. Es terrible la falta de información adecuada. Y la perpetuación de estereotipos negativos, que afecta la salud y el bienestar de las mujeres y niñas.

Uno de los principales desafíos es el acceso a productos menstruales seguros y asequibles. En muchos países, las mujeres y niñas no tienen acceso a productos básicos como toallas sanitarias o tampones. Y están obligadas a recurrir a materiales inadecuados o insalubres. Trozos de tela, trapos o papeles, son normalmente usados para “esconder” las secuelas de la regla.

También se produce un indeseado absentismo laboral o escolar durante el período. Y la falta de acceso a productos menstruales adecuados no solo tiene un impacto en la salud física de las mujeres. También afecta su autoestima y confianza.

Además, la educación menstrual es crucial para empoderar a las mujeres y niñas. Al proporcionar información precisa sobre la menstruación, el ciclo menstrual y la salud reproductiva, se les capacita para tomar decisiones informadas sobre su propia salud y bienestar.

La educación menstrual también ayuda a romper los estigmas y mitos asociados con la menstruación, fomentando una sociedad más inclusiva y comprensiva.

Por todo ello, este Día Mundial de 2023 es una oportunidad única para incidir en la necesidad de abordar cambios significativos en las políticas y prácticas relacionadas con la menstruación. Porque hay que realizar esfuerzos conjuntos para garantizar que todas las mujeres y niñas tengan acceso a productos menstruales seguros y asequibles. Y también a instalaciones sanitarias adecuadas.

Además, se deben implementar programas de educación menstrual en las escuelas y comunidades. Sol oasí se garantizará que todas las mujeres y niñas tengan acceso a información precisa y de calidad.

También es fundamental enfrentar con valentía el estigma y la vergüenza asociados con la menstruación. Así, al fomentar una conversación abierta y honesta sobre la menstruación, se pueden eliminar los tabúes. Y crear entornos de apoyo donde las mujeres y niñas se sientan cómodas y seguras durante su período menstrual.

La menstruación es una parte normal y natural del sistema reproductivo. Porque todos los días, más de 300 millones de personas tienen su período. A pesar de esto, la salud e higiene menstrual (SHM), sigue sin tener la prioridad que merece en la vida de muchas mujeres. Y esta carencia afecta y mucho a su vida.

Las cifras asustan. Porque las afectadas son cerca de 500 millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Todas ellas están limitadas por no poder controlar bien sus períodos. Y estamos hablando de casi una cuarta parte de la población femenina mundial en edad fértil.

Por otra parte, muchas mujeres y niñas de todo el mundo carecen de los conocimientos, habilidades, servicios y productos. O del apoyo necesario para garantizar su bienestar durante su período menstrual.

Y el vínculo entre la menstruación y la salud, la educación, el agua y el saneamiento, y los factores socioeconómicos hace que los desafíos sean aún más apremiantes para las mujeres que menstrúan en los países más pobres.

Solo garantizando una buena salud e higiene menstrual, se contribuirá a la salud y el bienestar de las mujeres y las niñas. Y se promoverá además la igualdad de género

Desgraciadamente, aunque en muchos países están surgiendo estrategias integrales de SHM y se está desarrollando un movimiento global creciente para SHM, ésta no es una prioridad. Ni para donantes, ni para gobiernos o implementadores.

También los niveles de financiación son bajísimos. Y están lejos de ser suficientes para hacer frente a los desafíos y las necesidades. Pero la inversión en SHM, puede impactar positivamente en múltiples aspectos de la vida de las mujeres y las niñas. Tendrán beneficios económicos, participación en educación. Y más empoderamiento, salud física y mental.

Sin duda, la celebración de esta efeméride es el mejor momento para emitir algunas recomendaciones clave para catalizar la financiación del SHM.

En primer lugar hay que fortalecer la evidencia de investigación a nivel de resultados. Para así, vincular a SHM a los resultados sanitarios, económicos, educativos y sociales.
Simultáneamente, se deben desarrollar y utilizar medidas, indicadores y estándares de calidad comunes y claramente definidos en los programas de SHM. Así se facilitará el seguimiento del progreso y el impacto.

Además,la programación multisectorial sobre una buena higiene menstrual y la de sus múltiples partes interesadas es esencial. Con ella se logrará un impacto positivo y duradero en todas las personas que menstrúan. También se eliminarán muchas barreras a la menstruación. Para una programación estratégica y efectiva, las recomendaciones son las siguientes:

•Enfocar el financiamiento y la programación en SHM con base en un análisis estratégico informado de diferentes áreas de intervención de SHM. Estas son las relativas a productos, información, servicios de salud, infraestructura WASH, normas y prácticas sociales.

•Utilizar el marco de inversión para realizar un análisis específico del contexto. Favoreciendo la adopción decisiones y estrategias informadas para la financiación y la programación.  
• A nivel nacional, invertir en el desarrollo de políticas intersectoriales. Y en planes de implementación nacionales relacionados que guíen las inversiones y coordinen la programación.

• Identificar y acordar resultados e indicadores clave. Y vincularlos con resultados sanitarios, económicos, sociales y educativos, en consonancia con los ODS 
•Intensificar los esfuerzos para luchar contra la estigmatización úy los tabúes existentes en torno a la SHM 
en todos los niveles (local, nacional, internacional) con el fin de crear un entorno propicio para la financiación. 
• Aplicar enfoques basados en derechos, el principio de “no dejar a nadie atrás”. Y centrar la programación en y programación en mujeres y niñas. 
En general, existe la necesidad de fortalecer la colaboración como comunidad devarios colectivos. Los de implementadores, financiadores, defensores e investigadores. Entre todos podrán catalizar la financiación. Por llo tanto, se necesita una mejor coordinación para promover la financiación. Y realizar un buen seguimiento de las inversiones, rindiendo cuentas como comunidad 
• Mejorar la coordinación a nivel internacional. Fortaleciendo, aprovechando y ampliando los mecanismos de coordinación existentes, como el Colectivo Menstrual Mundial (CMM).

•Crear un grupo de trabajo de financiadores/inversionistas dentro o fuera del CMM para monitorear el financiamiento del SHM puede ser una solución útil. 
• Invertir y establecer mecanismos nacionales de coordinación liderados por el CMM y los gobiernos nacionales, en el que puedan participar todos los sectores y actores relevantes para facilitar la integración de SHM.

•Designar un punto focal de SHM del gobierno que dirija las políticas, las estrategias. Y la coordinación de la implementación intersectorial siguiendo un plan de implementación nacional que incluya una división clara de roles y de responsabilidades. Y que esté alineada con los compromisos nacionales y globales de SHM 

Por todo lo expuesto, el Día Mundial de la Higiene Menstrual 2023 es una oportunidad para impulsar un cambio positivo en la forma en que la sociedad aborda la menstruación.

Porque al promover la salud menstrual, el acceso equitativo a productos y la educación adecuada, podemos contribuir a un mundo más igualitario y empoderado para todas las mujeres y niñas. Es hora de romper los tabúes y trabajar juntos para garantizar que la higiene menstrual sea una realidad para todas.

Lorenzo Correa

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