Las 3 mejores maneras de actuar para apaciguar la sed humana


Identificamos la sed humana y la de todo lo vivo, cuando de gestión del agua tratamos, con la sequía.

Las cuencas internas de Cataluña padecen una sequía interminable y, por ello, muy preocupante .

En estas circunstancias, casi todos imaginamos campos yermos, ganado agonizante con sus abrevaderos secos. Y campesinos apurando la última gota de agua de su botijo, empapados en sudor.

Por desgracia, la actualidad mencionada pone de manifiesto que a pesar de contar con dos desalinizadoras en activo y de haber  hecho un enorme esfuerzo en reutilización de aguas residuales, sigue habiendo sed. Hoy escribiremos sobre ese aumento imparable de la sed humana. De gestión, pero también de seducción. Que para eso este espacio del futuro del agua en el que escribimos y nos leen, es también poético.

Por eso dejaremos un resquicio para quienes, además de la crudeza de los datos, quieran empaparse con una metáfora de la sed humana como regalo del inicio de este artículo. La metáfora del alma, que también está sedienta cuando se expone al árido abrazo de la soledad, la injusticia, el abuso, la violencia y el maltrato. El que despierta la sed humana de justicia.

A mediados del siglo pasado, los seres vivos consumíamos bastante para saciar nuestra sed humana. Y la otra.  Además, la usábamos para regar y como herramienta indispensable en los procesos industriales. 60 años más tarde, la seguimos usando para lo mismo. Pero el consumo doméstico ya se ha multiplicado por 6.

Cualquier persona que se interesa por la gestión del agua sabe que la actividad que más agua consume es la agricultura. Hoy día, más de las tres cuartas partes del agua dulce se usan para regar. Pero esa agua ya no está destinada a saciar la sed humana.

Por su parte, la industria deriva una quinta parte del total. Sabemos también que, en los últimos decenios, ambas actividades han ido consumiendo cada vez más agua para alimentar el crecimiento de las superficies regables y el auge industrial de los países desarrollados y en vías de desarrollo.

Pero no sólo han sido ellas las que han ido demandando cada vez más agua para acabar con sus problemas. También las captaciones domésticas lo han hecho, hasta multiplicar por 6 el consumo en este ámbito. Por eso decimos que la sed humana ha ido aumentando exponencialmente.

La consecuencia evidente de esta sed humana creciente es muy clara. Que el estrés hídrico mundial va ganando adeptos entre cada vez más países. Porque una cuarta parte de ellos ya padecen sus afecciones. Son los que ya están consumiendo el 80% de sus recursos disponibles.  Estos datos auguran un negro y sediento futuro del agua. Pero, ¿será inexorablemente así?

Analicemos los últimos datos mundiales publicados para saber en qué ámbito geográfico se ha reducido la sed humana. Al hacerlo, comprobamos que, desde hace 60 años, la agricultura ha ido disminuyendo su tasa de crecimiento en el consumo de agua. Aunque sigue siendo el ámbito que más consume.

Los datos del siglo XX indican que el ámbito rural duplicó en ese siglo su demanda de agua. Pero el industrial, lo triplicó. Porque la sed humana aumentó, entre otros, en el sector de la generación hidroeléctrica. También en el textil. Y es que nos vestirnos como nos vestimos, siguiendo las pautas de la moda. Y por eso llevamos muchísima más agua encima que nuestros bisabuelos. El agua virtual que tanto afecta al aumento de las sed humana.

Hay que tener en cuenta que estos crecimientos se deben en gran medida a que la población mundial se ha visto aumentada en 4.000 millones de personas en 100 años.  Y en 2070, habrá unos 9.000 millones de personas en la Tierra.

Como también saben nuestros lectores, ese aumento demográfico se ha concentrado en grandes ciudades. Ellas son las que van absorbiendo ingentes volúmenes de agua. Sin esperanzas de que esa tendencia cambie.

Así las cosas, hoy en día más de dos mil millones de personas carecen de agua potable. No la tiene ni con calidad, ni en suficiente cantidad. Lo que nosotros llamamos coloquialmente, “agua bendita”. Para evitar que esta amenaza siga creciendo en intensidad, hay una solución. Romper de una vez por todas la relación indisoluble del uso doméstico del agua y el crecimiento económico.

Conseguir que una mejora universal en la calidad de vida (casa, sueldo y trabajo estable) esté desvinculada de un mayor consumo de agua.

Esta es el reto de los países punteros. Y de sus enseñanzas y resultados debemos aprender todos. Si miramos hacia Estados Unidos, quizás algunos se sorprendan de que, en la primera década de este siglo, hayan disminuido las captaciones de caudales de agua en todos los ámbitos. También en el del abastecimiento humano. Sobre todo si comprobamos que el PIB ha seguido aumentando.

Aunque este dato hay que tomarlo con ciertos matices, ya que los useños son los que más agua gastan por persona y día, para regar y para usos industriales. Y no es lo mismo pasar de muchísimo a mucho que de mucho a poco.

Lo importante es saber si lo que ellos ya han hecho pueden hacerlo los demás y, de entre esos, cuáles y cómo. La respuesta es afirmativa (se puede), pero cada país es un mundo y sobre todo, el punto de partida siempre está en que las actuaciones planificadas se lleven a cabo de manera solidaria. Porque todos los sectores sociales, políticos y económicos deben arrimar el hombro y empujar en el mismo sentido.

Y, además, cada uno desde su casa debe hacer lo que esté en su mano para colaborar en ese impulso común. Así que hay que tomar conciencia, preparar el monedero y responsabilizarse. Ni que decir tiene que antes debe imperar la confianza mutua surgida de la seducción a unas medidas bien argumentadas y con fundamentos técnicos muy sólidos.

Repasemos los hitos que señalan el camino. Aprenderemos también algunos trucos interesantes para ahorra en casa

Innovación. Vivimos en una sociedad en la que las ciencias adelantan que es una barbaridad. Lo más moderno de hace un año, hoy ya ha sido superado. Esto es ideal para nuestros propósitos. Fíjense cómo una multinacional como Procter & Gamble lleva 20 años desarrollando cómo reutilizar el agua y reducir su uso en sus factorías. Y dicen haber logrado reducir el consumo en más de un 27% por unidad de producción. También pretenden en este mismo año dar acceso a mil millones de personas a productos que hacen un uso eficiente del agua.

Disponen de una técnica que les permite potabilizar el agua en el momento de su consumo, gracias a un pequeño sobre con 4 gramos de polvos. Al echarlos en un cubo y removerlos con una cuchara, una familia puede potabilizar 10 litros de agua en solo 30 minutos. También pretenden este año potabilizar así la friolera de 15 hm³ destinados a actuar en familias que no tengan acceso al agua potable doméstica.

Además, ya podemos disponer de electrodomésticos muy ahorrativos. Como los lavavajillas sin prelavado, que ahorran hasta 60 l de agua por carga. También de los champús y acondicionadores secos, los inodoros sin agua, o los de doble descarga. Y por supuesto de una amplia gama de filtros y boquillas a colocar en grifos  y duchas con la misma finalidad. Solo tenemos que conocer su existencia, buscarlos, adquirirlos y usarlos.

Legislación

Cuando un país regula las características de los electrodomésticos para incentivar el ahorro de agua, sus ventas se disparan. La vía a seguir, por ello, es la de regular estándares y certificar productos de alta eficiencia energética. Esto es algo muy común ya en países avanzados, cuya base legal es la que sostiene el sistema. Pero no lo es tanto en países menos avanzados, los que más sed tienen, que deben tomar nota de las consecuencias positivas de basar su gestión en un sólido entramado legal.

Volviendo al gigante norteamericano, observamos su hoja de ruta en los aspectos del ahorro doméstico de agua. Ahora se están fijando en los lavavajillas. Porque de los 170 litros diarios que gastamos en cocinas y baños, más de 20 corresponden al lavavajillas. Por eso en EEU se han regulado a partir de 2021, nuevos límites de consumo en estos electrodomésticos. Para así poder ahorrar 16 hm ³ anuales de agua doméstica.

millones de metros cúbicos de agua en 2030, suficiente para satisfacer las necesidades anuales de agua de más de 300,000 europeos. El Departamento de Energía de los Estados Unidos obliga a los lavaplatos consuman máximo 19 litros de agua por ciclo de lavado. Aunque ya hay en el mercado algunos aún más eficientes, porque los certificados por EnergyStar gastan menos de 16.

Energy Star es un programa voluntario de EPA, que ayuda a empresas e individuos a ahorrar dinero y proteger nuestro clima a través de una eficiencia energética superior.

De esta forma, podemos comprobar como la regulación legal por parte de organismos nacionales se complementa con las actuaciones que las propias empresas fabricantes adoptan para mejorar la eficiencia, ahorrar agua y así disminuir la sed.

Las estadísticas indican que las regulaciones y las certificaciones en este ámbito, han logrado que, en los últimos 20 años, lavavajillas useños utilicen la mitad del agua que usaban a finales del siglo pasado. Y además se ha demostrado que estos electrodomésticos gastan menos agua que si los platos se lavan a mano.

Ilustración

Aunque ya hemos comprobado que los poderosos y los comprometidos hacen lo necesario para poner en el mercado productos que ayudan a amainar la sed, todo ello no sirve de nada si los usuarios no los utilizan. Y esa ausencia de uso puede proceder de tres orígenes. Uno es porque desconfían de ellos. El segundo porque no los conocen y el  tercero, porque usarlos les exige un cambio de rutinas, hábitos y costumbres.

En este caso es la información seductora la que toma todo el protagonismo. Educar y enseñar deleitando. ¿Cómo lo hacen en USA? Un ejemplo interesante es el del riego del césped de los incontables jardines privados del país. Porque este es usos domésticos que más agua consumen en la unión. Tanto como una tercera parte del agua destinada al consumo en los hogares. Aunque en las zonas menos agraciadas por la lluvia, este porcentaje se duplica.

Y aquí irrumpen de nuevo organizaciones de todo tipo, la mayoría sin ánimo de lucro, que pretenden realizar esta educación seductora. Es el caso de  las campañas informativas destinadas a regar más con menos agua, o a regar mejor. Mediante la plantación de especies locales menos “bebedoras” en el jardín   o la divulgación de consejos de ahorro.

Un ejemplo interesante para quien le interese es el de la organización “Alliance for Water Efficiency”. Esta ONG, se presenta como la defensora norteamericana de productos y programas eficientes en el uso del agua. Su objetivo es informar y cooperar en el compromiso del ahorro del agua. Recientemente, recientemente ha publicado prácticas guías y ha lanzado programas para reducir la demanda de agua en los paisajes domésticos artificiales

Pero no solo los Estados Unidos se dedican a estos menesteres. Como es lógico, otros muchos países también lo hacen. Nos fijamos en uno que nos apasiona desde el punto de vista de la gestión del futuro del agua. Y al que hemos dedicado varios artículos. La India, que es uno de los países con mayor sed en el mundo, también se preocupa y se ocupa de la ilustración.

Prueba de ello , el primer ministro Narendra Modi. Porque él aboga constantemente por liderar un movimiento nacional de sensibilización para el ahorro del  agua. Y centra sus esfuerzos en la recuperación de los aljibes. Y en de cualquier otro tipo de depósito capaz de guardar en su seno la preciada agua de la lluvia. Afinan hasta el mínimo posible. Hasta, la modesta botella de agua que sacia la sed humana del bebedor allá donde se encuentre.

Ella es la protagonista de la última campaña educativa acuática de la organización social “Ineedsai”. Una ONG que nació en 2012 y tiene como objetivo concienciar a los jóvenes sobre la importancia del agua. Así como del uso sostenible de los recursos. Y educan gratis a quienes no pueden pagar. Además de liderar campañas de donación de sangre y programas de concienciación sobre el tráfico. En el caso que nos ocupa, más de 10.000 estudiantes y profesores, han usado el agua que no habían bebido de sus botellas para regar los jardines de sus escuelas

Hasta aquí nuestro alegato contra la sed humana. El estrés hídrico es un hecho comprobado y preocupante en muchos países. También en la tercera parte de las grandes ciudades del mundo. Así las cosas, el futuro sostenible del agua está amenazado por la escasez, que genera competencia y lucha además de sed humana.

Para evitar que esta competencia siga aumentando, según vayan creciendo las poblaciones y las economías, toda reducción de consumo será bienvenida. Hoy nos hemos ocupado de la reducción relativa al agua potable. Un paso más en la senda del objetivo de futuro que todos deseamos. Pero debe desvincularse ese uso del agua  del crecimiento socioeconómico de la demanda de agua dulce.

Lorenzo Correa

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