¡¡Qué sería de nuestros ríos humanos sin las obras de drenaje transversal! Caños, tajeas y alcantarillas
Recordamos de nuestros tiempos juveniles en la escuela del Retiro, entre reminiscencias a Don Santiago Ramón y Cajal, que entre sus muros tuvo su laboratorio, la cantinela de la Instrucción de Carreteras.
«Las pequeñas obras de fábrica son obras de drenaje o de paso, transversales a la carretera, con luz libre menor que 3 metros.
En función de la luz, se clasifican en:
– Caño o tubo (sección circular).
– Tajea (no siendo caño, tiene luz libre de vanos no superior a 1 metro).
– Alcantarilla (luz libre comprendida entre 1 y 3 metros
Cuando recorremos cauces nos fijamos en ellas. Y fotografiamos las que más gracia nos hacen. De nuestra época de médicos de río conservamos la obsesión por su limpieza y mantenimiento. Aunque ya nada nos vaya en ello. Por eso nos situamos ante las bocas o colas de caños, tajeas y alcantarillas. Y comprobamos si quien corresponde se preocupa de mantener libre la sección de paso interior de estas obras de desagüe transversales.
Porque aunque ellas siempre están dispuestas para que la carretera no intercepte los cursos de agua del terreno, sin no están limpias, no lo conseguirán.
Modestas obras hidráulicas que además deben asegurar el correcto funcionamiento en las zonas de entrada y salida de agua. Por desgracia, en algunas ocasiones no lo consiguen, sea por un diseño inadecuado a la realidad de la cuenca o por falta de limpieza.
Reivindicamos la higiene en los cauces. Si no están limpios en sus confinamientos artificiales, las obras de paso que protegen recibirán las consecuencias. Carreteras, ferrocarriles, calles…todas dependen de ellas
Admiremos las obras de drenaje transversal y démosles el protagonismo y el minuto de gloria que se merecen. Siempre limpias, por favor.
Lorenzo Correa
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