5 hitos de la ingeniería hidráulica en la historia de las civilizaciones


Aunque estas páginas estén dedicadas al futuro, a veces debemos ir al pasado para entender mejor lo que nos espera. La obra hidráulica del presente está cambiando de paradigma. Se habla cada vez más, y nosotros los primeros de soluciones basadas en la naturaleza. El mejor complemento para la tradicional obra pública. De ampliación de la gana de colores de las infraestructuras. Del gris dominador al verde del futuro. Y es que el modelo inicial de gestión,  priorizaba el resultado rápido y devorador del territorio. El objetivo, solucionar cuanto antes las graves carencias en infraestructuras y contribuir al progreso.

Pero ahora, el esquema de “trabajo en red” de actores» se impone. En él, además de los usuarios y la administración pública, se implican, entre otros, contribuyentes, ciudadanos, promotores e inversores.

El cambio de mentalidad asociado a esta evolución tiene tres características:

Pasar de proyectos (lo que se inaugura) a procesos (lo que nunca deja de hacerse ni mejorarse).

Visión sistémica (necesidad de contemplar la cuestión “como un todo”, atribuyendo mayor importancia a las relaciones entre los elementos que a éstos en sí.

Y gestión de la complejidad (en una espiral donde se entrelazan factores de tres dimensiones. La social, la económica y la ambiental).

Y el agua, sigue ahí. Antes ahora y mañana. Su gestión es eterna pero cambiante. Como lo son los gestores. En el pasado, fue tanto un recurso vital como un obstáculo a esquivar. Hoy y mañana, también., Ayer todo se resolvía, cuando podía o quería hacerse, encontrando una fuente de recurso segura. O planeando una obra de defensa resistente a a los embates de la naturaleza

Del éxito en esta búsqueda dependía la supervivencia o el ocaso de las civilizaciones a lo largo de la historia. Y fueron las civilizaciones antiguas las que con sus ejemplos, nos mostraron el camino a seguir. Esa ruta cuyos hitos señalan muchas maravillas de la ingeniería hidráulica que seguimos construyendo en  nuestra era moderna.

En ese camino hay muchos hitos. De ellos, hemos extractado cinco de los más importantes. Y cada uno de ellos se sitúa en un momento de la historia clave, que contribuyeron a magnificar. Con ellos, resolvieron problemas acuciantes en su día, dejando también una huella indeleble en la historia de la civilización humana. Mediante obras hidráulicas memorables como las que reseñamos a continuación

Redes de abastecimiento y saneamiento de Chicago

En estas páginas, señalamos cada año, con motivo de la celebración del Día Mundial del Retrete, la importancia de este adminículo en la historia de la humanidad. El imparable auge de las grandes ciudades, no lo hizo importante hasta que sus habitantes comenzaron a hacinarse en ellas. Y a su vez, ellas su fueron multiplicando por el territorio a partir de las segunda mitad del siglo XIX. Le dieron un valor al agua limpia y abundante que, hasta hoy, no ha dejado de aumentar.

En 1833, Chicago tenía algo más de 200 habitantes, pero en 1950 superó los tres millones y medio  de vecinos. Toda un metrópolis con un gran peso entre las grandes ciudades del mundo

Pero este honor tenía su parte menos honorable. Porque con el hacinamiento llegó la enfermedad del agua. El cólera. Para resolverlo, se acudió a la ingeniería. Y como Boston había sido la primera ciudad useña en disponer de una red de abastecimiento y saneamiento de agua, su gestor, fue su ingeniero municipal, Ellis Sylvester Chesbrough el llamado a solucionar los problemas sanitarios de la capital de Illinois.

Si bien durante los fríos meses invernales, las calles se convertían en una pista de hielo, sin dar más complicaciones que algún que otro patinazo con su caída correspondiente, en verano en verano era horrible. .Desde que la primavera traía el deshielo, el barro era la base sobre la que todo viandante se atascaba. Y así, Chicago se había convertido en el muladar de los EEUU.

Pero no solo era terrible el barrizal, sino los problemas higiénicos derivados del estancamiento de las aguas. Y en 1848 una epidemia de fiebre tifoidea y disentería se alargó seis años, finalizando con el estallido del cólera que acabó con la vida del 6% de la población.

No era tarea fácil arreglarlo, porque Chicago se asienta sobre una zona pantanosa del lago Michigan. Sin prácticamente pendiente natural para que discurran las aguas de drenaje. Así que descartada la ayuda de la fuerza de la gravedad, hubo que ingeniárselas para construir una red de drenaje que funcionara

La solución fue elevar el nivel de las calzadas y aceras para darles la pendiente necesaria. La que la Naturaleza no había provisto. El siguiente problema fueron las edificaciones existentes. La solución, levantar la cota de la ciudad en 10 metros. Para ello, hubo que demoler todos los edificios construidos durante dos décadas en los que las obras eran las protagonistas del día a día de la ciudad. Una vez culminado el trabajo, ya fue más sencillo planificar el trazado de una red de saneamiento que por gravedad, evacuara las aguas superficiales al lago.

Pan para hoy y hambre para mañana. Porque las calles limpias de barro y agua, enviaban el problema con ellas al lago en forma de contaminación. Y del lago se extraía el agua potable. Con una población, en la segunda mitad del siglo XIX inferior al medio millón de habitantes, el lago era capaz de asumir esa contaminación. Pero a comienzos del siglo XX, la población rodaba el millón setecientos mil.

Y la ingeniería tuvo que volver a intervenir, construyendo el túnel más largo de la historia. Entró 3 km en el lago, con una profundidad de 20 m. Pero no sirvió de nada. La idea milagrosa fue la de actuar sobre la pendiente del río  Chicago, enviando las aguas pútridas hacia un canal de 12 km de longitud que desembocaba en el río Des Plaines y de ahí al MIssissipi, y evitaba que llegaran al lago.

Así, .las aguas sucias tomaban el camino de St. Luis, la ciudad rival.  El resto de la historia ya la contamos en otro artículo, que invitamos a revisar a quienes les interese.

 

La ingeniería romana y el milagro del abastecimiento y saneamiento de la Roma imperial  

En Roma ya había saunas públicas y privadas donde los ciudadanos se relajaban y sobre todo mantenían una óptima higiene corporal. Funcionaban conectados con los manantiales que discurrían extramuros. Y las aguas residuales se alejaban de la urbe mediante una eficaz red de drenaje subterráneo. Porque para los romanos la ingeniería hidráulica no tenía secretos.

Pero este maravillosos invento funcionaba solo cuando los caudales medios de los cauces utilizados eran suficientes. Y no lo hacían cuando la sequía  los atenazaba. Como esta incertidumbre afectaba a la planificación de crecimiento de la urbe, hubo que buscar una solución de abastecimiento más lejana y segura. Y ahí apareció el acueducto. Aunque no fue un invento romano, porque ya en las civilizaciones de  Egipto e India funcionaron sin problemas, Roma los perfeccionó.

Estudiaron y perfeccionaron las soluciones de etruscos y griegos y llenaron el imperio de acueductos durante 500 años de ininterrumpida construcción. Gracias a ellos, se garantizaba el abastecimiento, el saneamiento y la limpieza de las ciudades. Aunque estamos acostumbrados a admirar la esbeltez  y las curvas de los arcos de los acueductos superficiales, la mayoría fueron subterráneos para evitar problemas de contaminación y proliferación de algas en el agua.

Por supuesto que todos estaban construidos con mampostería, ladrillo u hormigón y que el agua  circulaba por gravedad. Lo que nos hace admirar la precisión de su trazado  y lamentar la escasa cantidad de ellos que nos han llegado intactos a nuestros días. Entre ellos, el de Segovia y el Aqua Virgo, construido por Agrippa, que todavía abastece a la romana Fontana de Trevi.

Ingeniería misteriosa del agua en los desiertos sudamericanos

Entre el sur del Perú y el norte de Chile, se extienden paralelos a la costa pacífica los hiperáridos desiertos de Sechura y Atacama. Son los abuelos de todos los desiertas y además los más seco del mundo. Pero en ellos hay agua. Subterránea, por supuesto. Son acuíferos que han dado de beber a muchas civilizaciones de la zona y que consiguen que raras veces florezcan sus arenas en un espectáculo de belleza inigualable.

Orificios espirales construidos por ingenieros de las ancestrales culturas Paracas y Nazca del 800 al el 200 a. C., y también entre los años 200 antes de Cristo y 650 d. C. De ellos se obtenía la única agua existente en la cuenca de Nazca. Los famosos puquios de Nazca son espirales de piedra que formaban un sistema de ventilación por el que las corrientes de aire hacían fluir el agua por un laberinto de canales subterráneos hacia depósitos también subterráneos de almacenamiento. Embalses subterráneos para usos de boca y riego donde aparentemente no había ni una gota de agua.

.El agua que abastecen los Puquios proviene de la cordillera de los Andes a través de arroyos subterráneos. Maravillas de la ingeniería antigua, que se complementa con las famosas líneas de Nazca, marcadas sobre el terreno quizás para señalar el curso de los arroyos subterráneos en superficie. Y curiosa analogía con la ingeniería actual de la zona que pretende aminorar las secuelas de la extensa sequía de Chile inyectando acuíferos con aguas de la Cordillera.

El Oasis de Los Karez

Turpan es una ciudad uigur de unos 300.000 habitantes. Con un esplendoroso pasado, hoy ya es «modelo» de ciudad en China. Se sitúa al borde de la tercera depresión más profunda del mundo. Su clima es muy extremo, pero la ingeniería hidráulica antigua consiguió que hasta hoy haya sido y sea la canasta de frutas de China. Aunque la tierra es fértil, se congela en invierno y arde en verano. Para combatir esta realidad natural, los ingenieros uigures idearon una tecnología de captación del agua de los glaciares de las montañas Bogda.

Es una red de pozos y úneles de enorme extensión, cuya antigüedad se desconoce. La mítica  red Karez. Se supone que procede de la tecnología de Persia, aunque bien puede ser una realización autóctona

El sistema de pozos, balsas y canales subterráneos se construyó estratégicamente para que funcione por gravedad en todo el recorrido del agua desde las montañas. Los túneles, que evitan la evaporación del agua en los tórridos veranos tienen entre tres y 30 km de largo. El agua subterránea glacial llega a más de mil pozos y con ella se irriga una extensa zona de frutales y viñedos. Se obtienen excelentes uvas, albaricoques, melones y hasta algodón. Todo ello en un enclave situado en plena Ruta de la Seda.

El holandés Maeslantkering. La ingeniería hidráulica defiende las tierras del mar

A medida que aumenta el nivel del mar en todo el mundo, muchas ciudades costeras lo están notando. Aunque esto no es nada nuevo, sino que viene ocurriendo desde hace muchos siglos

La ingeniería hidráulica además de llevar agua, limpiarla y verterla al medio en buen estado ecológico, nos defiende de la inundación Un ejemplo emblemático es el Maeslantkering de Róterdam. La famosa Barrera Maeslant, que se construyó para proteger una ciudad que ya se encuentra un 90 % por debajo del nivel del mar.

Aparentemente, los holandeses han dominado la tierra y el mar,. Disponen de más de 3700 km de red de diques, presas y motas. Con ellas protegen la tierra que han ganado al Atlántico. Sin embargo, catástrofes periódicas, como la inundación del Mar del Norte que mató a más de 1.800 personas en 1953, llevaron a los Países Bajos a desarrollar Delta Works. El sistema más extenso y moderno para protegerse contra futuras tormentas. De él hemos tratado aquí con profusión

El Maeslantkering se construyó entre 1991 y 1997. Consta de dos puertas de barrera de 210 metros de largo y las dos armaduras de acero de 237 metros de largo que las sujetan. La barrera está controlada por una supercomputadora que inicia el cierre utilizando un algoritmo basado en datos meteorológicos y del nivel del mar.

Las previsiones de gestión indican que estadísticamente las barreras solo deberán actuar una vez cada diez años. Aunque los desastrólogos anuncian que la probabilidad está aumentando y el período de retorno se acortará a cinco años para el 2080

En cualquier caso, si vistan los Países Bajos, no dejen de asistir al espectáculo de las pruebas de cierre que se realizan una vez al año.

Finalizamos aquí este repaso a unas pocas actuaciones que a lo largo ce los siglos han puesto de manifiesto  la importancia de la ingeniería hidráulica en el el desarrollo de la civilización.

Necesitamos tener agua abundante cerca de nosotros. Pero también defendernos de ella. Dependemos de un fluido que nos da la vida, pero también nos la quita. Y el ingente trabajo de atracción y protección que realiza la ingeniería hidráulica seguirá estando presente en nuestras vidas. Es la clave del futuro del agua.

Lorenzo Correa

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