Del informe de la AEMA a la deforestación en Brasil. Influencia de las decisiones políticas en la gestión del agua


La contaminación es la principal amenaza para los gestores del agua en Europa. Sin embargo, en Iberoamérica, se ve superada por la del cambio climático. La Europa comunitaria dispone de directivas del agua traspuestas al ordenamiento jurídico de los 27 países miembros. Al otro lado del Océano Atlántico, no hay ni por asomo una política ambiental acuática que se le parezca. Y lo peor, es que tampoco se la espera.

Veamos primero el caso europeo. La Directiva Marco del agua y sus hijuelas (subterráneas, inundaciones, y calidad ambiental) permiten trabajar a los gestores del agua de los países miembros en sintonía. Una legislación y regulación legal común, facilita las cosas.

Periódicamente se evalúan los impactos y presiones sobre las masas de agua-. Y- los resultados se envían a Bruselas para su análisis. Después se toman las medidas oportunas para solucionar los incumplimientos  o atacar los nuevos problemas. Medidas coercitivas, sanciones o nuevos planes de actuación. Todas son aplicadas para garantizar que los objetivos marcados para el futuro del agua se cumplan.

La entidad responsable de recopilar datos y redactar informes en la UE, es la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA). Ofrece información bien argumentada e independiente a los responsables del desarrollo, la aprobación, la ejecución y la evaluación de las políticas medioambientales. Y, por supuesto para todas las personas que muestren interés por estar informados al respecto.

Actualmente la conforman 32 estados miembros y seis países colaboradores en Europa. Se asocia con la Red europea de información y observación del medio ambiente (EIONET). Trabaja en estrecha colaboración con las agencias o ministerios ambientales de cada nación. Ya son más de 350 organismos públicos. Sus clientes principales son la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo y los países miembros..

En este sentido, AEMA acaba de publicar un informe identificativo de las siete presiones más importantes que sufren las masas de agua de su ámbito europeo de competencia. En él se identifican los peligros que acechan en el camino del futuro del agua europea. Y se concluye priorizándolos e indicando qué tipo de medidas deben llevarse a cabo para enfrentar y reducir el peligro a la mínima expresión.

Veamos cuáles son los peligros y las medidas a adoptar propuestas en Europa, siempre desde una visión general.. Avanzamos que, como era de esperar, se propone actuar mediante la adopción de soluciones basadas en la naturaleza y actuaciones destinadas a cambiar los usos del suelo. Integradas en los principios que animan la Directiva Marco del Agua, para que se incluyan en el tercer ciclo de planificación sexenal 2022-2027 de gestión de las cuencas en Europa.

Las siete presiones clave son las siguientes:

  1. Contaminación agrícola,
  2. Aguas residuales insuficientemente tratadas,
  3. Barreras artificiales,
  4. Navegación,
  5. Extracción de agua,
  6. Acuicultura
  7. Especies exóticas invasoras

Para ello, deberán ante todo trasponerse a la legislación existente en cada país miembro en el ámbito de las directivas. Es decir en el tratamiento de aguas residuales urbanas. Y  en las inundaciones, en las aguas subterráneas. Es decir en todo l oque afecta a la directiva marco. Además, todos los sectores que usan agua, como la agricultura, la energía, la minería, la acuicultura y la navegación, deberían adoptar prácticas de gestión que puedan mantener los ecosistemas acuáticos sanos y resilientes.

Y deben contemplar programas agrícolas de reducción del uso de pesticidas. También dispositivos de paso de peces en centrales hidroeléctricas. Sin olvidar una regulación de los límites a cumplir por los combustibles para la navegación y la restauración y preservación de las riberas de los ríos.

En el ámbito siempre conflictivo por su afección a la salud, de las aguas residuales sin tratar, los frentes abiertos son muchos. Los problemas clave incluyen la contaminación de las aguas residuales urbanas e industriales. La contaminación difusa derivada de las prácticas agrícolas. Y la relativa a la minería. También debe hacerse notar la que producen las viviendas que no están conectadas a una red de saneamiento.

 

Así las cosas, casi la cuarta parte de las masas de agua superficiales europeas y el 28% de los acuíferos destinados a usos consuntivos están muy afectados por la contaminación difusa de la agricultura. Nutrientes  y plaguicidas dejan su huella en el agua.  Por último, también se ha comprobado que la “lluvia fina” de los contaminantes que existen en la atmósfera altera negativamente el estado químico de las masa de agua superficiales de Europa. Y el principal responsable es el mercurio.

Observemos con lo que ocurre con las actuaciones realizadas en los cauces. En los encauzamientos, desvíos y presas. En ellos, casi el 34% de las masas de agua superficiales se ven significativamente afectadas. Ello es debido al impacto en la flora y fauna del cauce y del espacio fluvial que provocan los muros  y actuaciones en el lecho. Tamboén las derivaciones para todo tipo de usos, si no se implantan y respetan los caudales mínimos no derivables.

Y cuando el agua sobra, los efectos de los desbordamientos son terribles. Cuando las aguas superan la altura de motas o muros y no pueden volver al cauce al cesar la avenida. El informe también señala que casi en la mitad de los casos, las barreras artificiales de los ríos no producen el beneficio estimado cuando se proyectaron y construyeron

Entrando en el agua  y en los terrenos ocupados por el espacio fluvial, nos encontramos con otra amenaza, en este caso viva. Las especies invasoras, por una parte y los problemas derivados de la acuicultura, por otra.

En el primer caso, los protagonistas de la amenaza son los invertebrados acuáticos alóctonos. Destaca en el informe el letal efecto del cangrejo de río rojo. Le sigue el famosísimo mejillón cebrado , que, como ya saben nuestros lectores, se pega como una lapa en válvulas, tuberías y compuertas. Así , es capaz de inutilizar el funcionamiento de los elementos de captación, derivación y control de las redes de abastecimiento humano e industrial. Y de los canales de riego o de los órganos de control de las presas de embalse en Europa.

La “gamba asesina”, es un anfípodo de agua dulce originario del Mar Caspio y del mar Negro. Se nutre de una gran variedad de invertebrados de agua dulce, como varias especies de gambas autóctonas y huevos de peces. Además, puede afectar a la calidad y distribución de los recursos pesqueros nativos.

También hospeda  parásitos causantes de enfermedades a los salmónidos jóvenes. Por ello, su presencia, puede alterar significativamente los ecosistemas colonizados. Ha llegado a muchos ríos europeos gracias a actividades humanas tales como el transporte marítimo, la navegación o la pesca. También puede desplazarse por deriva, por aguas de lastre y por las aves.

El informe concluye resaltando lo positivo. Porque en Europa, gracias al efecto de  la publicación de la Directiva Marco del Agua en el año 2000, ya se han podido desarrollar una amplia gama de medidas para mejorar el estado de las masas de agua.

Todas han sido ya divulgadas desde estas páginas. Y entre ellas destacan las relativas a la retención del agua de la lluvia lo más cerca posible de donde cae. Además de las correspondientes a las soluciones basadas en la naturaleza. También son importantes  las medidas de cambio de uso de terrenos de cultivo. Ahora se trata de fomentar su uso entre los planificadores. Solo así se podrá  incrementar  su presencia en los ámbitos más necesarios antes citados, que el informe detecta y prioriza..

A esta medida debe sumarse en paralelo la aplicación cada día mejor y más coherente de la legislación existente. Que debe  incidir en lo relativo al contenido de la Directiva Marco y sus hijuelas. Los ámbitos del tratamiento de aguas residuales urbanas, las inundaciones y las aguas subterráneas están llamados a protagonizar el próximo futuro de la gestión del agua en Europa. Solo así se resolverán los impactos  y se aminorarán las presiones indicadas en el informe

Para ello, todos los usuarios del agua deben adoptar prácticas de gestión que puedan mantener los ecosistemas acuáticos sanos y resilientes. Y esto afecta a los agrícolas y ganaderos. También a los industriales y generadores de energía. Sin olvidar a la minería, a la acuicultura y a la navegación. Además, el informe incluye programas agrícolas que reducen el uso de pesticidas. Y una gestión de la energía hidroeléctrica que garantice el paso de peces y caudales mínimos. Siempre aplicando estrictos estándares que fijan los límites admisibles de azufre en el  combustible para la navegación, así como las actuaciones de intervención y restauración de espacios fluviales. De todos ellos hemos tratado con profusión en las páginas de futuro del agua.

Tan esperanzador panorama en la Europa asociada y rica se ensombrece si cruzamos el océano y avistamos Iberoamérica. Brasil es el gran país del continente. Posee población, recursos naturales, agua dulce y riqueza forestal suficientes como para ser clave en el comportamiento del clima en el mundo. Padece sequías e inundaciones muy severas al mismo tiempo en su inmensa superficie. Las noticias más recientes muestran un Manaos inundado y un Sao Paulo aterrorizado por la sequía.

Ambos fenómenos no tienen precedentes en la historia reciente. Porque las reservas de agua destinada a la producción de energía hidroeléctrica de las que depende en gran medida el país se han agotado gravemente.

Más del 65% de la electricidad del país proviene de la energía hidroeléctrica. Y el resto se genera principalmente en centrales eléctricas de biomasa y turbinas eólicas. Eso  ha obligado al gobierno a aumentar el uso de combustibles fósiles contaminantes.

El peor episodio de sequía en 91 años. Y la agroindustria está perdiendo hasta mil millones de dólares al año. Lo hace a medida que la creciente deforestación reduce las precipitaciones en algunas partes del país- Los expertos en clima declaran que la deforestación del Amazonas y el Cerrado, la sabana más grande de América del Sur, son impulsores clave de los patrones climáticos cambiantes del país.

En los primeros seis meses de este año, la cantidad de bosque talado en la Amazonía brasileña aumentó un 17% en comparación con el año pasado. Desaparecieron 3.600 km². El terreno talado se planta con soja y se dedica a pasto. Es el nuevo modelo de desarrollo para impulsar la economía de la región amazónica.

Se ha detectado la interrupción del fenómeno meteorológico de los «ríos voladores«, cauces de aire húmedo que vuelan sobre el Amazonas desde el Océano Atlántico. En su camino, van recogiendo el vapor de agua que se evapora de los árboles. Más tarde, lo liberan en forma de lluvia.

Cuando topan con la cordillera andina, se desplazan hacia el sur. Y allí se encuentran con un frente frío. Y se convierten en lluvias abundantes y regulares. Pero con menos bosques para ayudar a desencadenar lluvias en el camino, los ríos voladores se han vuelto más rápidos y concentrados

En las áreas más al sur de Brasil, generan tormentas cortas e intensas. Su efecto es el de un tren que descarrila y lanza a sus pasajeros por las ventanillas. De ahí vienen  las inundaciones que afectaron recientemente a los estados de Río de Janeiro y Sao Paulo.

Pero en las áreas agrícolas de Brasil, cuando llueve, llega con menos frecuencia y puede ser muy fuerte, lo que dificulta proporcionar la humedad constante que necesitan los cultivos, dicen los agricultores.

.La solución a los preocupantes cambios de lluvia en Brasil, como ocurre en Europa con los problemas antes citados, es política. Y pasa en el primer caso porque el gobierno detenga y luego revierta  la destrucción de la Amazonía. Esto solo se conseguirá si se logra no detener el crecimiento económico de la zona. Y no es nada fácil.

Para ello, se utilizan modelos matemáticos para predecir las pérdidas económicas que se espera que sufran los agronegocios del sur de la Amazonía si continúan las políticas actuales. Mientras, las lluvias en la Amazonía siguen disminuyendo.

Para el 2050, la industria ganadera podría perder más de $ 180 mil millones. Y la industria de la soja hasta $ 5.6 mil millones debido a los efectos de la disminución de las lluvias. Hay que adoptar un modelo económico más sostenible. Para que que no dependa de materias primas como la soja y carne de vacuno cuya expansión provoca una importante pérdida de bosques.

Afortunadamente, en la Amazonía, la pérdida de árboles cayó por segundo mes consecutivo en agosto- Hoy ya es un 32% menor que en 2020. Pero la deforestación sigue siendo casi el doble de lo que era en los primeros ocho meses de 2018.

Sin embargo, los terratenientes podrían ganar más de $ 700 por ha y año si conservan sus bosques estabilizadores del clima. Y cultivar productos  procesados ​​creados a partir de especies forestales como las nueces de Brasil. Por su parte, la ganadería en tierras deforestadas solo produce $ 40 por ha y año. Porque la agricultura rentable y la protección forestal en la Amazonía no tienen por qué estar reñidas.

Podemos comprobar la enorme distancia entre la línea política europea (Directiva marco del agua), y brasileña. Tan distante como lo están sus procesos de desarrollo económico y social.

 

Lorenzo Correa

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