El agua es fundamental para todo en la vida. También para regar los alimentos que consumimos y las plantas ornamentales que nos alegran la existencia. En dos palabras, salud y bienestar. Por eso, aumentar la eficiencia del uso del agua es tan importante para su futuro. La hidroponía, lo hace. Se trata de un proceso de mantenimiento y gestión de plantas que no necesita tierra. Solo hay que aplicar a la planta una solución de agua rica en nutrientes. Y así, las plantas pueden crecer en entornos muy diferentes de los que les son habituales.

Como es lógico, su aplicación más extendida se produce en los hogares pequeños, o como una extensión de la jardinería tradicional y en los países sin agua, como es el caso de los desérticos de Oriente medio, donde se aplica cada vez más gracias al elevado poder adquisitivo de sus habitantes.

Hay una cifra que debe ser tenida en cuenta como base de todos los argumentos de lo que el futuro depara a la humanidad. Y es la de los 8.000 millones de personas que pronto habitaremos el planeta. Todos tenemos necesidad de comer, de beber y de desplazarnos. Y para conseguirlo, debemos utilizar recursos naturales. Los necesitamos para vivir. Muchos se quejan amargamente en público, pero los utilizan en privado en un alarde de doble conciencia cercano al cinismo.

Sombrío será el futuro si no cambiamos nuestra forma de vivir, adaptándonos a los escenarios peores para nuestra comodidad. La historia demuestra que así es como la humanidad ha superado hasta ahora todos los obstáculos que, bien sea la naturaleza o ella misma, se ha colocado en su camino hacia el futuro.

Mientras, seguimos comprando desde casa productos que llegan desde el otro extremo del mundo bien empaquetados en plásticos de todo tipo. Y simultáneamente, nos quejamos de la ampliación de los aeropuertos o de lo que contaminan los grandes buques.

Por lo tanto, crecer y desarrollarse ejerciendo menos presión sobre los recursos naturales del planeta es el desiderátum útil para salir de esta diabólica espiral. Y la hidroponía puede ayudar a ello. De hecho, su industria ha crecido rápidamente, llegando a $ 24 mil millones el pasado año. los Países Bajos. Por su parte, España y Francia son los punteros en enseñarnos cómo se pueden cultivar plantas en interiores. Y también pimientos, pepinos, tomates y otras verduras.

Precisamente del cultivo de hortalizas inteligente en países sin recursos naturales abundantes de agua trataremos ahora. Países con dinero, porque tienen granes reservas de hidrocarburo, pero sin agua. Y por lo tanto, con enormes necesidades de importación de hortalizas y verduras.

Cada año, esos países destinan miles de millones de dólares para importar alimentos y cereales. Porque ni el agua necesaria les cae del cielo, ni sus suelos son adecuados para cultivarlas. Pero como hay dinero, las soluciones se proponen y abordan sin muchos problemas. Así es como se han puesto en marcha las iniciativas de la “Sustainable City” en Dubai,  las del Masdar Institute en Abu Dhabi y las que dirige y gestiona Al Helyo en Ajman.

La Ciudad Sostenible de Dubai consta de 500 villas agrupadas en cinco grupos residenciales conectados a una granja urbana que discurre por la ciudad  en forma de columna vertebral. Este florido parque dispone de 11 invernaderos de biodomo con una superficie total superior a 3.000 m². Un auténtico huerto urbano que en cada cúpula cultiva innumerables frutas y verduras. Con dinero, el cambio climático no influye debajo de las cúpulas.

Por su parte, el Masdar Institute (MI) es el buque insignia de la Universidad de Khalifa. Actúan en todo lo relacionado con la sostenibilidad. Son mundialmente reconocidos sus avances en la investigación, como principal institución interdisciplinaria de los Emiratos Árabes Unidos. líderss tecnológicos en  energía limpia, agua y entorno. Y pioneros en el desarrollo de las técnicas más eficientes y rentables, como la hidroponía.

Todas estas soluciones se aplican, entre otras en Al Helio, zona residencial en Ajman, capital del emirato del mismo nombre. Se trata de una urbanización compuesta de villas de diferentes tamaños. Allí, gracias este tipo de iniciativas, sus habitantes viven en el desierto como si vivieran en un lugar donde el agua sobra. Y lo pagan, por supuesto

Como ya hemos indicado, estos tres ejemplos son botones de muestra del nivel de adelanto tecnológico alcanzado por la hidroponía. Estamos acostumbrados a creer, que solo  el suelo contiene, cobija y permite el crecimiento de las raíces de una planta. Porque acoge  y regula el agua de riego con que se las alimenta. Pero en los sistemas hidropónicos, no es así. En ellos, las plantas se sustentan en una base artificial. Y se alimentan con una solución nutritiva que va directamente a sus raíces, mediante una bomba, una  pipeta o un gotero.

Un novedoso sistema, llamado Rotofarm, va aún más allá. Está inspirado en los sistemas hidropónicos desarrollados para la Nasa y suspende las plantas en gravedad negativa para un crecimiento más rápido. Adiós al suelo y la infiltración por al que se pierde el agua sobrante, aunque la gane el acuífero. Pero en nuestros países no hay acuíferos.

Por lo tanto, las plantas cultivadas con el método hidropónico pueden tener sus raíces suspendidas en el aire. Ahí son rociadas con una solución nebulizada, o también pueden ser apoyadas sobre vidrio,  e inundadas con la solución. El invento no es actual, ya tanto que los  chinos como los aztecas, ya disfrutaban de jardines flotantes. Existen documentados desde el año 1200 en el caso de la ciudad china de Hangzhou. Y también en el del caso del complejo lacustre de Tenochtitlán donde los aztecas los cuidaban y embellecían.

Hace casi en siglo, en la década de los años 30, la compañía aérea useña Pan American pasó del jardín ornamental a la granja hidropónica. Y la fundó en una pequeña isla en el Océano Pacífico. El objetivo fue el de cargar los productos cultivados en sus aviones. Así podía  alimentar a sus pasajeros en viaje a o desde  Asia durante el vuelo con verdura fresca de producción propia.

Y ya en las últimas décadas, la NASA investiga y destina importantes recursos al fomento de la hidroponía. La considera algo fundamental para garantizar la alimentación de los astronautas  en las estaciones espaciales. Y en la futura colonización de otros planetas.

Con estas pinceladas del pasado, presente y futuro, ya podemos entender la importancia de la hidroponía en la alimentación y el incremento del bienestar. Huertos, jardines urbanos  y particulares abren sus brazos a esta técnica sostenible. Y los podemos utilizar también en nuestro minúsculo apartamento. Es el caso del sistema Rotofarm de Bace, anteriormente citado. Es doméstico y  giratorio. Y se nutre de una luz LED que suspende sus plantas en gravedad negativa para un crecimiento más rápido.

Tomemos nota  pues. La hidroponía se presenta ya como la manera más eficiente de mantener nuestros huertos caseros. Nos oremos olvidando del suelo como sustento imprescindible de la producción. Y por ello, podremos cultivar de todo en lugares impensables e imposibles hasta ahora, por muy reducido que sea el espacio del que dispongamos. Además ahorraremos entre un 60% y un 70% de agua. Por supuesto que donde más se están implantando estas técnicas es en países si agua y con dinero, cuyo paradigma son los Emiratos Árabes Unidos.

Más ventajas de apostar por la hidroponía: Ahorro en dinero  e inversión en salud. Porque podremos tener un jardín en casa a menor coste, en un ambiente más saludable y, por supuesto, mucho más bello. Esto ya lo saben los profesionales de la decoración y la jardinería de interiores que son los primeros en “pasarse” al bando de la hidroponía

Imagine tener en casa su propia producción de tomillo, albahaca, cilantro y perejil, a dos pasos de la cocina. Para lo que se animen a empezar en su domicilio, recomendamos la técnica  NFT, de película de nutrientes.

Está dirigida sobre todo a hortalizas de hoja, como lechugas y acelgas  y es la más utilizada en producciones a gran escala en invernaderos. Solo hay que saber mantener la conductividad eléctrica y el pH correctos. Salinidad y acidez. El resto, no tiene secretos.

Para lo que menos espacio tienen en casa, es también muy recomendable el mini sistema de Greenoponics, llamado Verte.

Permite cosechar 28 hojas de ensalada, equivalente a una lechuga por cada día del mes, completamente libre de pesticidas. Hay que empezar por cultivar berenjenas, albahaca, romero, tomillo y hojas de rúcula. Cuando ya sea usted una persona con experiencia, puede ascender y comenzar con el tomate. O también el sistema antes mencionado Rotofarm , de Bace, que le permitirá tener la granja hidropónica que menos espacio necesita. Hasta IKEA ya ha presentado la serie Krydda / Vaxer que le permite cultivar sus propias plantas en interiores sin tierra ni luz solar.

Para finalizar este artículo dirigido al ahorro de agua en los cultivos, tan de actualidad ahora que hasta la ONU agita el señuelo de la crisis mundial de escasez de agua que se avecina, trataremos sobre la arena respirable. Otra novedosa contribución a la posibilidad de cultivar casi sin agua. Y aplicable,sobre todo, a las zonas más áridas del planeta.

Se trata de la que ofrece la empresa Rechsand,  cuya base es la arena más fina que cubre el desierto del Gobi. Pues esta es  la empresa líder en la industria de la arena. Tiene cientos de patentes para operar en 7 frentes diferentes. La aplican a la tecnología de producción de petróleo y suministrar material drenante para las ciudades esponja. También cubren el espectro de los materiales de construcción ecológicos y de los sistemas de captación de agua de lluvia. Y por supuesto, actúan en el desierto, creando “alfombras verdes” y haciendo posible las plantaciones de arroz en ese ámbito de extrema aridez. En resumen, luchan contra la desertificación, fomentan el ahorro de agua y la conservación de la energía

Su producto estrella es la arena respirable con permeabilidad selectiva. Recordamos que la permeabilidad selectiva es una propiedad que las membranas tienen para no dejar atravesar solutos a partir de un determinado tamaño. Siempre dependiendo del grosor de la membrana y del tamaño de los poros, siendo selectivas para para el tamaño y la carga.

Ya están aplicando esta arena en jardines de residencias particulares y cultivos en los países árabes. lo hacen con gran éxito, revolucionando la agricultura en el desierto. Esta arena se presenta  en mantas y macetas que dejan circular el aire mientras retienen el agua.

La tecnología necesaria para fabricar estos productos, encarece mucho su coste, pero es una solución única para cultivar donde hasta ahora no era posible. Porque solo un centímetro de capa inferior de Rechsand es suficiente para toda la vida. Y el consumo de agua en jardinería o agricultura se reduce hasta en un 80%

En una zona ajardinada, basta con regar entre dos  y cuatro minutos al día. Con un consumo mensual de 50 m³, el gasto fue de 217 dólares. Se basan en el principio de la energía libre de superficie, para saber cómo reaccionan los sólidos a la tensión superficial de los líquidos. Esta arena es parecida a  la arena hidrófoba que al regarla, repele el agua.  Pero es mucho más permeable al aire, por lo que las raíces de las plantas crecen más y poseen una calidad superior.

Las pruebas realizadas han sido un éxito. Lograron cultivar arroz en 607 ha del desierto en Mongolia, a una temperatura de 57 ° C. Gracias a ello, trabajan para el gobierno chino en la “Gran Muralla Verde”, cuya longitud es  de 4.500 kilómetros. Y ya han implantado el bosque en los primeros 2.000 km de bosque para parar el avance de las dunas y vegetar  el desierto.

Hemos dado un vistazo muy rápido a las nuevas tecnologías que iluminan el camino del futuro del agua. Hidroponía y arena respirable son dos maneras de despejar los negros nubarrones que se ciernen sobre el mundo según muchos desastrólogos. Aunque todavía sean alternativas caras, que solo pueden usar países ricos y sus habitantes, no dejan de suponer una esperanza de futuro y un ahorro en el consumo total de agua del mundo

Por eso, hoy, en los Emiratos Árabes Unidos, explotaciones agrícolas privadas o escuelas en Dubai, ya las están utilizando. También en las nuevas urbanizaciones de lujo, los paisajes son muy diferentes del pasado. Además, en Abu Dhabi, se está cultivando maní, frijol, judías, mungo ( soja verde) y guisantes de ojo negro. Y se están recogiendo orquídeas de mango y limón. El próximo paso es vender la arena en saquitos en los supermercados.

Esperanzas del futuro del agua que aquí les contamos para contrarrestar el pesimismo del cambio climático y sus derivados

 

Lorenzo Correa

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