¿Qué le dijo el agua a la Tierra?


Cuando la Tierra se mira en el agua, se hace mundo. El poeta se pregunta qué puede ver al mirarse en tan infinito espejo. La respuesta está en cada uno de nosotros. Pero la que hoy nos ocupa, es la del poeta, que para eso ha escrito estos versos que publicamos y archivamos en nuestra biblioteca poética del agua.

Al mirarse la Tierra en el agua, se vive en la vida. Y comienza a verlo todo desde el otro lado del espejo.  Por ejemplo, ve en un ciprés a un pozo hecho árbol.  O en una palmera, el monumento al cohete. Estas son greguerías de Ramón Gómez de la Serna que a la Tierra sirven como primer libro de Catón para aprender a interpretar sus miradas cómplices al agua.

Aunque a veces, cuando se mira no ve nada. Y debe acudir a otro exégeta que no sea Ramón para averiguar la causa. Porque si por él fuera, le diría que podría ser a causa del vapor, que es el fantasma del agua y todo lo opacea. Pero no, Madre Tierra, no le preguntes a él en estos casos. El poeta te contesta. Y te aclara que si no ves nada cuando te miras, es porque el agua no es sólo agua. Porque está contaminada con algo que elimina su poder de reflexión total interna.

Y es que si el agua está sucia, la Tierra no ve en ella ni cipreses que son pozos ni palmeras que son cohetes. Para eso, entre otras cosas, celebramos el día de la Tierra. Para que pueda verse reflejada siempre, para eliminar los fantasmas vaporizantes, para recuperar la reflexión. Y el poeta nos quiere hacer reflexionar al respecto. Porque el agua también tiene su día, una vez al año, como la Tierra. Ojalá, con o sin poesía, se sigan viendo las caras cada vez mejor. Un día y el otro.

Lorenzo Correa

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