Cuando llega el verano, los habitantes de las ciudades y pueblos que tienen la suerte de que por ellos cruce un río de caudal estable en el tiempo, se desnudan. Entonces se acostumbra a decir que la ciudad, o el pueblo, también lo hace. Para bañarse en las frescas aguas de su cauce favorito. Así, no nos cuesta imaginar el desnudo de Viena o París , en la figura de sus habitantes y visitantes, para apaciguar el calor estival, tan insufrible en la ciudad.

Las municipalidades diseñan playas.fluviales, que tapan por unos meses el gris tan frío del hormigón del encauzamiento. Florecen sombrillas y se extienden toallas. El río urbano es más preciado que en invierno o en otoño. Porque en ambas estaciones, corre el peligro de desbordarse.

Nosotros, somos mucho más modestos y no residimos en ninguna de estas ciudades que se enorgullecen con su desnudo para acoger a tan importantes ríos con magníficas superficies de cuenca.

Pero también contemplamos aquí un desnudo. Aunque en nuestro caso, no sea el de la ciudad ante el río, sino el del río a su paso por la trama urbana. Enternece y estremece ver la desnudez fluvial en las fotografías de hoy. El río se ha quedado sin ninguno de sus atributos.

Porque nuestro río humano, el de cada semana, también “es” y por ello, dispone de atributos. Aunque no sean tan evidentes, por invisibles. El río está desnudo

Y es que sus parientes mayores, los tienen muy visibles. Se enorgullecen de sus cualidades y de sus propiedades. Disponen de agua para refrescarnos o para ofrendarnos el saciar la sed. Otorgan calidad a nuestra vida con la magnificencia de su cauce “vestido” con abundante agua y una vegetación de ribera ubérrima. Son garantes con sus caudales del riego de los cultivos que nos darán de comer mañana. Y nos alegran la vida solo con fijar en ellos la mirada y con oír sus susurrantes gorjeos.

¡Que se le va a hacer!. El río de hoy es un río sin esos atributos. Pero es un río cuyo cauce permite a veces que los vecinos, tan cercanos a él, no se mojen los pies cuando llueve. Conduce y evacua caudales parcos de avenida. Algo es algo.  ¿Les gusta su desnudo integral?

 

Lorenzo Correa

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