Los ríos, sobre todo los que llevan agua suficiente, excitan la creatividad de los poetas. Porque hacen soñar. Y como la poesía es un sueño hecho realidad en el lenguaje, los que suceden en el río son muy gratificantes. Nuestro poema de hoy va de sueños en el agua. De las sensaciones que llegan al bañarse. O al contactar con el agua viva a la que intentamos, sin éxito, detener en su inexorable camino. Siempre hacia abajo.
Embrujo poético del río mecido por las evocaciones que arrulla el agua. Música callada en un paisaje ameno. Azul y verde, olor a jara y a tomillo, mientras el agua se va labrando su futuro, gota a gota, cauce a cauce y verso a verso. ¿Te bañas en sueños?
Bañarse en un río es un sueño feliz, porque nos anuncia la llegada de la riqueza. O el éxito en los negocios. Y si mientras que nos bañamos, soñamos también que lo estamos cruzando, esos dos sueños simultáneos nos darán confianza en que siempre que lo pretendamos, podremos llegar a la otra orilla.
Solo hay que cerrar los ojos e imaginar el dulce murmullo del agua esquiva.
Los sueños en el río son, además, muy relajantes. Y nos permiten agudizar la percepción extrasensorial, sintiendo sin ver. Un auténtico recorrido sensorial es la poesía del agua que hoy publicamos en estas páginas. Con ella nuestros sueños nos llevan a un paraíso en el que flotamos, oímos sin oír y vemos sin ver. Que los sueños, sueños son
Poético miércoles acuático. Con un poema con el que queremos celebrar las 800 entradas en futurodelagua.com. De ellas, la tercera parte, son poesía. Cuando empezamos a caminar por esta senda, no podíamos ni imaginar cuánta poesía contiene el agua. Ni cuánta agua contiene la poesía. Ni en sueños. Seguimos para 1000.
Lorenzo Correa
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