Magda Portal nos transmite fuerza y esperanza con su poema “Mar de alegría”. Esta poeta peruana sintió siempre el mar así. Como un señuelo de fortaleza y libertad, con el que atraía a otras aves a su causa. Y con el que distraía sus tribulaciones cuando las cosas iban de mal en peor.

Mar de alegría para todos los que vivieron momentos difíciles, como la autora en su agitadísima vida pública y personal. Y para que los que los viven y los vivirán. Es el poder de la poesía, en este caso del agua. Refleja en su espejo las emociones del autor y las transmite a todas las aves de paso que sobrevuelan su mar agitado de la vida. Para que vuelen siempre con alegría.

Como muestra suprema de libertad en el inmenso mar de la poesía, Magda destierra la “y” de su poema, sustituyéndola por la “i”. Así, rinde homenaje a su venerado Manuel González Prada, que en su discurso “El intelectual i el obrero” comenzó a hacer lo mismo, rompiendo también las jerarquías ortográficas. Y transgrediendo con alegría sus reglas y las normas de escritura.

Como auténticos paladines de la rebeldía, Manuel, y Magda después, cuestionaban las normas ajenas al habla popular.

Les dejamos manifestar su alegría con la lectura de este poema sin conjunciones copulativas “legales”. Naveguen con toda libertad por el mar de Magda Portal, tan presente siempre en su poesía. Ella, que fue un mar, porque no hubiera sido un río. Para poder vivir sin márgenes ni cauces preferenciales. Dejándose llevar por el viento dominante hacia el puerto en el que recalan las fuerzas de la vida.

Si hoy viviera, aunque sigue viva en todas las bibliotecas poéticas como la nuestra, Magda tendría muchas cosas que escribir sobre el mar. Con alegría y suponemos que con preocupación, por todo lo que sigue cayendo sobre él. Otros tiempos, la misma poesía. El mar, el mar… y no pensar en nada

Lorenzo Correa

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