Tiempo de sequía


Con tantos rebrotes y tan persistente pandemia, la sequía se acaba adueñando de las almas. Época de estiaje, campo amarillento en el sur del hemisferio norte. Y en el sur, persiste la seca en Chile, esperando de nuevo ilusionado la llegada del lejano invierno y de la nieve a las cumbres andinas.

Persiste el virus, persiste la ausencia de lluvias, se instala por doquier la tristeza. También en nuestra poeta de hoy, la rosarina Paula Aramburu. Precisamente “Sequía”  tituló el poema que hoy recogemos en nuestra biblioteca de poesía acuática.

Y es que  así es  llamado el tiempo seco de larga duración. Es la antítesis del agua abundante que puebla los anaqueles de la biblioteca. Pero es una realidad su existencia y la forma en que se celebra que el agua llegue por fin. Es pasar de la ansiedad y la tristeza a la alegría y el sosiego que da el frescor ambiental y el depósito lleno.

Con las emociones pasa lo mismo. La sequía las agita. Como escribe Paula, es amenaza y opacidad para el corazón y para la tierra. Quema y seca.

Pero siempre queda la esperanza de que todo cambie. A mejor, por supuesto. El reto es aguantar  y resistir. Como estamos haciendo con la sequía de salud que supone la pandemia.

Paula nos lo relata magistralmente en su poema. En este caso, fue la sequía quien tocó la fibra íntima que la constituye. Y de esa conmoción, surgió el manantial poético de sus versos. Terminará la sequía, como se acabará la pandemia. Solo nos queda aguantar, esperar y desear que los poetas nos recuerden esta fase de nuestras vidas en las que la sequía nos abrumó

 

Lorenzo Correa

Visita nuestro rincón de la poesía.

Safe Creative #1608240244452

¡ Síguenos en las redes sociales !

Recibe un email semanal con nuestras publicaciones

Te das de baja cuando quieras.


Deja un comentario