Primera victoria en la batalla contra el agua envasada en plástico


De Australia llegan noticias interesantes para el futuro del agua envasada. Se trata de la decisión tomada por una empresa mandataria de nombre “Thankyou”. A ella, muchas organizaciones que luchan contra la comunión del agua y el plástico, les están muy agradecidas por lo que han hecho.

La pregunta del millón en este ámbito es meridianamente clara.  Si nos preocupamos por los desechos plásticos, ¿por qué no dejamos de beber aguas envasadas en plástico ?

Las respuestas de los que no están por la prohibición total e inmediata,  ya las conocemos. Por eso hoy hablaremos sobre las que dan los defensores de la prohibición. Para aclarar en lo posible el debate de las aguas envasadas en plástico

Thankyou es propiedad de una empresa mandataria. Destina sus beneficios a acometer proyectos en países en vías de desarrollo. Estos proyectos están fundamentalmente orientados a mejorar el acceso al agua limpia. Y a su saneamiento. Además, en Nepal construyen maternidades  y se vuelcan en la asistencia sanitaria  a las mujeres.

Sus beneficios, desde que fue fundada hace 12 años en Melbourne, han permitido invertir unos 7 millones de dólares en tan loables iniciativas. Pero resulta que más de un millón de ellos procedió de las ganancias obtenidas con la venta de agua mineral envasada en plástico. El resto, procede de jabones de manos, lociones y productos para bebés.

Hasta hoy, la imagen de la marca eran sus botellas de agua mineral. Porque este fue el primer producto que comercializaron y que les dio fama mundial. Pues bien, ahora acaban de anunciar que dejan de producirlo. Se basan en la mala prensa entre muchos sectores sociales que se desprende de la producción de agua mineral envasada en plástico. Y en los daños ambientales que los envases usados producen. Y para dar a conocer esta decisión en los medios de comunicación, emiten el mensaje de que el agua envasada distribuida en e lmundo de los ricos,  es un “producto absurdo”.

Todo esto se ha producido en Australia. Allí, la empresa tiene una penetración importante en el mercado del agua envasada. Por eso, la etiqueta de producto absurdo está siendo muy comentada en las redes sociales y los medios de comunicación del quinto continente

Resulta curioso que una empresa boyante decida dejar de producir su producto estrella alegando que no tiene sentido hacerlo y venderlo en Australia. Y declarando públicamente  que ya no tenía argumentos para seguir vendiendo agua envasada. Porque el daño ambiental no tiene ya justificación. Todo un “mea culpa  y no volveré a hacerlo”, por su parte.

A los enemigos tradicionales del agua envasada en plástico, en este caso, también se han unido los regantes de las zonas en que la empresa extrae el agua. Se quejan de que están sobreexplotando acuíferos, lo que evidentemente, les perjudica.

Y por si esto fuera poco, los hasta ahora explotadores y embotelladores, se han caído del caballo, como San Pablo. Y afirman que no tiene sentido envasar agua en un país como Australia, en el que el agua del grifo es de excelente calidad. Por eso ironizaron con su última tentación de cambiar el nombre del agua. De “Gracias” a “Lo siento”

Aunque si miramos la otra cara de la moneda, podemos comprobar que 245.000 personas han muerto en el primer trimestre de 2020 por falta de acceso al agua. Por su parte, 2.200 millones de personas no tienen acceso directo al agua potable. Y una parte de los que no tiene acceso  y aún sobreviven, lo hacen gracias a esas botellas de plástico tan denostadas en países ricos. Sin una botella de agua mineral en un país con carencias cualitativas en el agua de boca, la enfermedad es segura.

Y esta es la única certeza que animó a la multinacional a producir agua envasada, con destino  a estos países y a las personas que si no obtienen una botella, no pueden beber con seguridad.

En este argumento se basaron para lanzar su línea de agua envasada en plástico. Habían trabajado en países en vías de desarrollo, donde observaron de cerca los problemas causados ​​por la falta de agua potable. Pero cometieron el “error” de venderla también en Australia, aunque en la vecina Nueva Zelanda no llegaran nunca a comercializar su agua, para no tropezar dos veces en la misma piedra.. Ahora se dedicarán solo a productos de cuidado personal e higiene corporal, para que la conciencia deje de martirizarles.

Y dejarán descansar y recuperarse a los acuíferos y manantiales australianos. También a  los ecologistas comprometidos que lanzan campañas contra el matrimonio del agua y el plástico. Así, la energía y los recursos utilizados para producir, envasar, transportar y refrigerar el agua dejarán de consumirse. Y habrá unas cuantas botellas menos de un solo uso en los contenedores de basura.

De todas formas es solo un grano, que aunque no hace granero, siempre ayuda al compañero. Porque que la industria del agua embotellada en Australia mueve unos 650 millones de dólares al año. Si alguien compra tantas botellas para generar ese volumen económico, es porque beber en botellas de plástico de un solo uso es algo muy integrado en el estilo de vida del ciudadano de los países ricos o la única solución para seguir vivo, del residente en los países pobres.

En cualquier caso, se pone fin a  un período de 12 años de producción integrada en una industria que no para de crecer. Porque en esos años la industria del agua embotellada a nivel mundial ha pasado de valer  50.000  millones de dólares a 140.000. El abandono de un mercado como el australiano, es una gota de agua en el océano. Pero marca una tendencia que habrá que ver si se mantiene en el tiempo. Y así,  encuentra adeptos en otras empresas.

Reiteramos el argumento favorable a las botellas de plástico. Porque es el que animó a envasar agua Thankyou. Y a destinar sus beneficios a los fines filantrópicos antes indicados.

Una de las consecuencias más patéticas de la crisis mundial del agua es que cerca de 1.000 millones de personas no puedan beberla con garantías. Y que 5.000 niños mueran cada día por enfermedades relacionadas con el agua. Sumen ahora las víctimas de la COVID derivadas de no lavarse las manos con jabón. En este caso, el agua embotellada ayuda a estas personas.

Pero esta solución genera más problemas de los que resuelve. Y por eso dicen que lo dejan. Porque a pesar de buscar envases no plásticos u otras soluciones, no han conseguido encontrar un envase inocuo. Aquel que reduzca la cantidad de plástico y la contaminación del agua derivada de la producción de las botellas. Tampoco lograron nada con el plástico reciclable y reciclado.

Por eso ahora hacen su declaración solemne.  “Para reducir el impacto ambiental del agua embotellada de un solo uso en el planeta, no tenemos otra opción que abandonar este negocio”.

Reproducimos, para finalizar, una parte del mensaje de despedida del agua Thankyou en Australia:

Para nosotros, este anuncio deja una pequeña herida en nuestra misión (en realidad no tan pequeña). Porque hemos ganado millones de dólares vendiendo agua envasada. Nuestro objetivo fue capacitar a los consumidores para que ayuden a acabar con la pobreza extrema a través de la compra de lo que vendemos. Lo continuaremos haciendo con nuestras gamas actuales. Y con los nuevos productos que venderemos en un futuro próximo. ¿Alguna vez volveremos a llenar este vacío con agua mineral? Sí . Será muy diferente, pero servirá tanto a la humanidad como al planeta.

En Australia hay millones de «puntos de agua». Solo con dar unos pasos, encontrarán uno en su casa. O en un bar, o en una fuente callejera… ¡Todo lo que necesitan es un vaso o botella  reutilizable y listo!

Estamos muy honrados y agradecidos por el apoyo que nos han brindado nuestros clientes a lo largo de los años. Juntos, hemos cambiado 871.000 vidas. Y  cada uno de ustedes nos ha ayudado a entregar 6,9 millones de dólares a nuestros socios. Para ellos ayuden a los más pobres del mundo en su lucha para salir de la pobreza extrema.

Estén atentos para más actualizaciones sobre cómo podría ser el futuro del agua envasada. Además, lanzaremos productos atractivos sin envases plásticos dentro de nuestra gama de cuidado personal..

Lo mejor está por llegar y creemos que juntos podemos avanzar. Para llegar a donde nos dirigimos, sabemos que a veces debemos actuar y desafiar incluso nuestros propios sistemas, estructuras y formas de hacer las cosas. Este no es el final, es solo el comienzo, ¡así que gracias por acompañarnos en el viaje!”

Aviso para navegantes. El primer abandono de la producción de aguas envasadas en plástico. Un negocio tan boyante como contaminante. ¿Qué sensación le produce al consumidor del primer mundo?

 

Lorenzo Correa

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