Aseo y COVID 19. Perdida la fe y la esperanza, solo queda la caridad


Tras 5 meses de presencia de la pandemia en nuestros lares y en nuestras vidas, volvemos de nuevo nuestra atención a las favelas de Río de Janeiro. Nos interesa muchísimo saber cómo evoluciona allí la situación y la relación existente entre el elevadísimo riesgo de contagio y la poca o nula disposición de agua doméstica en cantidad y calidad suficiente en un entorno urbano degradado. En el que, además, se hacinan muchísimas personas con unas condiciones de vida y unas rutinas higiénicas obligadas, poco recomendables para convivir con la COVID-19. El aseo aquí no  es fácil.

Perdidas la fe y la esperanza, los faveleros necesitan caridad para salir adelante. No una caridad que se desprenda de la lástima o la compasión, sino de la solidaridad. Esa virtud que pone las bases para recuperar fe y esperanza.  Aunque a algunos no les parezca posible, existe una organización muy activa para investigar los problemas y  dar soluciones factibles en el entorno favelero. Es la Red de Favelas de Río de Janeiro (SFN) Se compone de diversos grupos de trabajo y entre ellos, destaca el que más nos interesa, porque actúa sobre las redes de agua de abastecimiento y saneamiento sostenible.

Ahora nos informan sobre uno de los retos que llevan entre manos. Se trata de la transformación del saneamiento básico en las favelas después de la pandemia., en un entorno donde la necropolítica es la herramienta fundamental para usar el poder social y político. Y así, decidir cómo algunas personas pueden vivir y cómo algunas deben morir.

Mueren bastantes, por desgracia en estos tiempos, también en Brasil. Más de 100.000 personas (oficialmente) en 5 meses. No en vano es la mayor crisis de salud en la historia del país. Pero los datos reales superan con creces estas cifras. Aunque será difícil conocerlos nunca.  Para el estado de Río, las cifras oficiales superan los 14.000 muertos. Por la misma razón, no sabremos nunca cuántos serán, sobre todo en espacios tan vulnerables  y en los que es tan difícil aislarse y asearse como son las favelas.

La sociedad civil se ha organizado para tener los datos más confiables posibles y el 9 de julio de lanzó el Panel Unificado de las favelas, en inglés, “Favelas Unified Dashboard”. Esta iniciativa une a diversos colectivos periféricos y organizaciones sociales y se beneficia de una red de relatores confiables residentes ​​en favelas en toda la ciudad. Ya han investigado 154 favelas de la ciudad y nos cuentan que 1276 fallecidos, vivían en ellas. Para comparar, véase que estados como Mato Grosso do Sul tiene 509 muertes.

Escalofriante, pero aún más si pensamos que solo se han investigado la séptima parte de las favelas de Río. Ya van 15.000 contagiados en las favelas cariocas, lo que equivale a la quinta parte de los casos de toda la ciudad. Toda una pandemia dentro de la pandemia. Y ya lo avisamos aquí hace unos meses. Si no se lavan manos, si se vive hacinado, si no hay agua suficiente  ni saneamiento adecuado, tendremos lo que desgraciadamente tenemos.

La situación  se complica, porque el negacionismo de la letalidad del virus, se ha ido imponiendo entre una parte de los faveleros. Y a ello ayuda el lógico temor a perder el empleo  y a ser estigmatizados aún más por la sociedad  su lugar de residencia

Ante esta pavorosa situación, que no es más que un botón de muestra de lo que está pasando en todos los países pobres del mundo, es interesante comprobar cómo está manejando este trance la Red de Favelas.

Lo primero, resaltar un punto de luz en la oscuridad. La precaria situación de la red de saneamiento, hasta ahora prácticamente ignorada por los poderes fácticos y los medios de comunicación de masas, ahora está de total actualidad. Todos prestan gran atención a este problema. Porque, obviamente, la ausencia de saneamiento adecuado empeora las consecuencias de la crisis sanitaria. Y todas las miradas se dirigen hacia los gestores públicos de la red, a los que señalan como culpables.

Lo segundo, trabajar sobre la definición de soluciones tecnológicas  de bajo coste para solucionar el problema. Aplicando los principios de la permacultura. Cuidar a la tierra, a las personas y preocuparse por el futuro. Recordemos que esta disciplina aboga por fomentar habilidades que nos permitan pasar de ser consumidores dependientes a personas y comunidades responsables y productivas. Adaptación, reciclaje y re aprendizaje. Hacer lo sencillo antes que lo complicado.

En resumen, dedicar tiempo y dinero a producir bienes de valor vital real. Con subsidiariedad  y cuidando la salud del entorno. Para que el futuro, en nuestro caso, del agua, sea mejor que el presente.

Hemos señalado la subsidiariedad como una de las premiosas fundamentales de la permacultura. Fijémonos en su definición para evitar malas interpretaciones cuando nos refiramos a ella- Porque es la tendencia favorable a la participación subsidiaria del Estado en apoyo de las actividades privadas o comunitarias. En este caso, el estado debe participar en auxilio (subsidio) de la comunidad favelera para apoyarla en una actividad comunitaria como es la gestión del agua en sus barrios. De libro.

Veamos cómo se hace esto en las favelas de Río. Hace 13 años, se replanteó la gestión del saneamiento. La gestora acuática municipal Rio-Águas, se ocupó de ella. Pero el agua destinada al abastecimiento la CEDAE, que es la agencia estatal del agua. Por lo tanto, el recurso básico para beber lo gestiona el estado y su residuo, una vez usado, el municipio.

¿Qué se gestiona? Poco, porque los presupuestos federales destinados a la red de saneamiento son escasos. Por eso la red deja tanto (todo) que desear. Y el agua no se depura, con las consecuencias que ya comentamos aquí hace tiempo. Los más críticos afirman que los servicios del ciclo dela agua no son igual parta todos los cariocos. Mejoran o empeoran en función del  poder adquisitivo, de la raza  y del nivel educativo del cliente. La calidad va por barrios. Y en las favelas, no hay. Por lo tanto, la permacultura no existe, ni la subsidiariedad. Porque en lasa favelas, la tasa de retorno es baja y los presupuestos de inversión, elevadísimos.

Y se cae de lleno en la necropolítica. Porque el saneamiento está directamente relacionado con el nivel de vida del saneado. Y así, hasta la planificación en este ámbito del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES), deja de lado la universalización en las favelas. Pero ahora, además, hay que enfrentarse a una pandemia que exige disponer universalmente de agua limpia para lavarse las manos  con asiduidad y de agua depurada una vez usada.

La realidad es que, después de los terribles momentos vividos en enero, cuando el agua de abastecimiento se contaminó enormemente, aun hoy quedan secuelas. Porque los más débiles, por ser niños, o enfermos, o pobres  o viejos, siguen sufriendo de diarrea y alergias varias.

La primera favela de Río, Morro da Providência, ya es centenaria. Por lo tanto, desde hace un siglo, los problemas asociados a insuficientes o inexistentes redes de saneamiento siguen latentes y por supuesto, sin resolver. A paseo el aseo. Hoy en día, las favelas de la Baixada Fluminense, no tienen acceso a la red de abastecimiento  Y las que más suerte tiene, disponen de agua intermitentemente.

Además, el acceso a una red con agua garantizada no es el único problema. Lo peor es que muchas chabolas no disponen de canalización individual para llevar el agua de la tubería principal al grifo. O sea, que no hay grifos. Ahí, ya no hay nada que hacer. Porque en muchas, tampoco hay ni siquiera lugar para instalar un depósito doméstico de entrada. Solo queda acudir a los lavabos públicos instalados en la calle, dentro de la iniciativa “Wash Your Hands”, que ya tiene algunos funcionando en Morro da Providência .

Observemos ahora la problemática existente después del aseo, es decir, la del saneamiento. Cuando existe red, los olores son insoportables, porque su diseño no permite absorber caudales unitarios como los que se producen en una ciudad de clima tormentoso y en unas favelas cion fuertes pendientes en colinas que llegan directamente al mar.

La lluvia intensa, significa que por las calles mana un río de agua marón. Imaginen a qué se debe este color. Pensar en diseños de redes adecuados a los caudales punta o en sistemas separativos es una utopía. No hay ninguna posibilidad de que la técnica salve a las favelas. El coste de implementación es tan elevado que nadie se hace cargo de ello. Y una vez más, el aseo brilla por su ausencia. Virus y bacterias se fortifican y expanden sin mesura. Como la mayoría no puede comprar agua, sol ole queda la solución de hervirla

Antes de abordar las posibles soluciones a tan enorme problema, analicemos la situación física de las favelas. Muchas están ubicadas en laderas de colinas que dan directamente sobre acantilados. Y en todas la garantías de agua disponible es escasa. Porque no  hay embalses de regulación suficiente en las cuencas vertientes. Además, las redes de saneamiento brillan por su ausencia o si existen están mal dimensionadas y peor mantenidas. Ello es debido a que el crecimiento demográfico en un siglo ha sido espectacular e imparable. Y las redes nunca han podido seguirlo.

Ahora, la pandemia exige más medidas de aseo que nunca y la gente hace lo que puede. Conexiones piratas e inadecuadas, instalación de bombas donde puede impulsar agua o cualquier cosa para poder garantizar su aseo y beber sin enfermar. No se puede vivir sin agua, pero tampoco con agua contaminada.

Las soluciones a adoptar deben ser individualizadas y dirigidas a resolver el problema principal de aseo en cada favela. Se ha comenzado, como antes indicamos por instalar lavabos callejeros. Lo hacen, a través del proyecto Wash Your Hands con 64 instalaciones dotadas de jabón. Allí van a resolver sus necesidades de aseo todos los que no tiene hogar. Y también, en menor número los que lo tienen pero con un equipamiento inexistente o  precario. La dotación del indispensable jabón, porque solo con agua, no hay aseo que valga, se ha resuelto con imaginación. Porque se emplea jabón hecho a partir de aceite reutilizado, con la “receta de la abuela”. Y ya van por los 7.000 litros distribuidos.

En otro orden de cosas, también se está trabajando  en un tratamiento de residuos resuelto localmente. Es el caso de la instalación de un biogestor de favela, que recoge los residuos orgánicos

De la casa de comidas que la comunidad de vecinos ha inaugurado y produce con ellos biogás del restaurante cooperativo de la comunidad. El que después retorna al restaurante para calentar el horno. Y para dar solución también local a los residuos líquidos, es decir a las aguas residuales de la favela, un segundo digestor los recibe a medida que la van llegando los vertidos de las chabolas que se conectan a él.

Poco  a poco se van conectando y esperan completar todas las conexiones en un plazo máximo de un año. El biofertilizante generado, se envasa y se pretende comercializar en el futuro. Así se evita el vertido de aguas residuales, que por ahora siguen invadiendo el bosquecillo situado aguas abajo.

Por ahí van los esfuerzos solidarios para mejorar la situación, hoy por hoy tan dramática usando tecnologías sostenibles de bajo costo, y generando energía a partir de la basura. Y así se está intentando involucrar a los faveleros para que todos colaboren y se impliquen en la medida de sus posibilidades. Pasando de la queja improductiva al reclamo productivo y sobre todo, a la acción

Hay personas que saben lo que hay que hacer y los demás solo tienen que hacer lo que les dicen, para llegar a un beneficio común, en un marco colaborativo de aprendizaje

Mediante iniciativas locales, pueden satisfacerse las necesidades de aseo más básicas de la población. Algunas iniciativas desarrolladas localmente intentan satisfacer las necesidades básicas de la población. Hacerlo ahora es muy importante, porque en ello va la vida. El siguiente reto, acometido por Ingenieros sin fronteras de Brasil, es potabilizar en cadaa favela el agua de lluvia. Y el proyecto se denomina Águas da Baixada.

En las favelas siempre planea la sombra del fantasma de la privatización de la gestión de todo. También la los servicios del ciclo del agua. Y esta puede ser una tercera vía, ya que los poderes públicos no acometen las medidas necesarias para resolver paulatinamente los enormes problemas planteados. Seguiremos con atención el desarrollo de los acontecimientos. El futuro del agua en las favelas es incierto. Y el de las personas, sin un aseo adecuado, también

 

Lorenzo Correa

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