Cientos de poetas que han escrito poemas sobre el agua, llenan con su arte nuestra biblioteca acuática. Mares, ríos, nubes, espumas, rocíos, pozos, lagos…todo sirve para inspirarse y hacer poesía del agua. Porque el agua y lo que la moldea, es poesía en sí mismo. Y otras cosas variopintas y curiosamente vinculadas.
Como el telar que hoy inspira a nuestro poeta de hoy..Porque “el río es solo un telar” para el asturiano, gijonés para más señas, Luis Álvarez Piñer. El poeta, se pregunta y nos pregunta que a dónde va el agua que lleva el río. Y la respuesta, no es al mar.
Como buen discípulo de Gerardo Diego, Álvarez es creacionista. Vanguardista extremo, por ello, ya que su maestro bebió de la poesía de Huidobro, creador del creacionismo. Y así, el telar del asturiano, que es como son los ríos, está construido con esta nueva estética. La que da a sus versos una nueva sensibilidad y una novedosa emoción.
El río- telar de Álvarez no le sirvió en vida para ser navegado por muchos lectores. Pero, al final de su vida, su fama renació, como las aguas del río. Y desde entonces, su caudal poético va aumentando en el conocimiento de los nuevos seguidores que se incorporan a la poesía. Pero pasó cuando su agua había llegado al mar.
Gracias a este poema del río telar sabemos que el río nunca nace ni muere, solo discurre entre las manos del tiempo. Y así ha sido también el devenir del río de versos de Luis Álvarez. Ya nunca morirá, porque “va contigo, va conmigo, pero no tiene final”.
Creacionismo puro, con reminiscencias de Gerardo y de Juan Larrea. Pero tejido a la manera de un poeta asturiano de siglo XX. Intimista, espiritual y claro como el agua cristalina que nunca muere. Apacigüemos los calores del estío con un baño en el río de Luis Álvarez
Lorenzo Correa
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