¿Qué herramientas deberíamos utilizar para construir el mejor futuro del agua posible? Muchas y muy variadas, pero la paz y la seguridad tendrán que estar entre ellas. El trabajo, el esfuerzo, la solidaridad y el optimismo, también, por supuesto.
Quedémonos con las dos primeras, para no acaparar demasiadas. Porque quien mucho abarca, poco aprieta. Paz y seguridad, decíamos. Tan adecuada coyunda no es una invención nuestra. Porque ya existe una asociación denominada así, que este año acaba de ser galardonada con el prestigioso Premio de la Paz de Luxemburgo, que otorga desde hace nueve ediciones la Fundación para la Paz de Schengen.
Se trata de una organización benéfica sin ánimo de lucro, creada hace 15 años y auspiciada por el Duque Luxemburgo. Entre sus objetivos destacan el ayudar a la pacificación mundial, mediante el diálogo multicultural. Como colofón a los debates, seminarios y publicaciones a los que dedican su tiempo y trabajo, entregan cada año el Premio de la Paz de Luxemburgo, en sintonía con los fines del Foro Mundial de la Paz.
De esta forma, la organización se presenta como una plataforma global para activistas e iniciativas de paz. Y reúne una vez al año a activistas por la paz de todo el mundo. Para ser visible y recordable, los premiados reciben una escultura de una silla de tres patas del artista colombiano Duvan López. Y así, cada premiado se constituye en la cuarta pata de su silla, para equilibrarla y darle consistencia y utilidad.
La presente edición, como casi todo en este año tan agitado y convulso, no pudo contar con el tradicional acto de entrega de premios. Las extendidas restricciones de reunión impuestas por la pandemia lo impidieron. Pero los premios se concedieron en diez categorías. Y el agua se llevó uno de ellos, al que dedicaremos este artículo. Además se celebró una sesión on line, dedicada a la paz y el COVID, en la que participaron galardonados de años anteriores y de la presente edición.
Vayamos pues, con el premio de nuestro ámbito de interés. Fue otorgado a la asociación Agua, Paz y Seguridad (WPS). Fundada en 2018, trabaja en el fomento y desarrollo de todo lo que ayude a progresar en la identificación y el la solución de los problemas asociados al riesgo inherente a los aspectos de seguridad que puede suponer el ciclo del agua. Nos referimos, claro está, a los efectos de la sequía. Pero también de las inundaciones y de la contaminación. Como ya hemos tratado ampliamente en estas páginas, son factores que afectan a la seguridad de las personas. También de sus bienes y de la convivencia pacífica entre ellas. Además de la imprescindible entre naciones enfrentadas al uso conjunto de un recurso hídrico compartido.
Y es que cuando el agua no es “justa”, cuando no se dispone de la que se necesita, la seguridad se altera. Y el riesgo aumenta, acompañado siempre del peligro cuando hay seres vivos en su zona de influencia desbordante. Recordemos la presa de Etiopía. O los problemas de Asia Central, de India y Pakistán. Y los de China y sus vecinos. También las migraciones del norte de África y los campos de refugiados que provocan. Sin olvidar el aumento del nivel del mar y su repercusión sobre los habitantes de la costa. Ciudades que se hunden, Days Zero por sequía y un largo etcétera.
Son solo un botón de muestra de aspectos relacionados con el agua y la seguridad a los que ahora se une las repercusiones de la pandemia en nuestro ámbito acuático. WPS actúa aportando instrumentos que vinculen factores hidrológicos, sociales, económicos y políticos para identificar cambios en la disponibilidad de recursos acuáticos y evaluar provisionalmente sus posibles impactos en la sociedad.
De ahí se derivan las soluciones a adoptar mejor argumentadas, cuyo objeto es el de prevenir o mitigar los riesgos de seguridad para los seres humanos y para sus bienes. Y las actuaciones más adecuadas que generen una sensibilización y un desarrollo de capacidades, basado en el diálogo. Para garantizar una acción coordinada efectiva.
Bienvenido sea el premio a WPS, como todo lo que fomente la paz y la seguridad. O sea, lo que ayude a prevenir las “guerras del agua” y sus afecciones negativas. Celebremos que haya asociaciones que trabajen en la prevención de conflictos sobre el agua. Y así, animen a los que tiene el dinero, a gastarlo de otra forma y a los que tiene el poder, a usarlo también de otra forma. Es un arma de futuro, pero que debe empezar a utilizarse con profusión desde ahora. Esperemos que el premio sea la chispa que encienda las mechas que aún quedan por encender.
Y una mecha encendida por ellos, corresponde a la implementación de un sistema de alerta temprana global. Para predecir dónde es probable que ocurran conflictos violentos. Consiguieron que su fiabilidad sea del 86%. Ello anima a usar cada vez estos sistemas. Porque la Alerta Temprana es un conjunto de procedimientos e instrumentos, a través de los cuales se controlan amenazas o adversidades naturales o inducidas por la acción humana. También se recogen y procesan los datos correspondientes a estos eventos. Y se pronostica su repetición a corto plazo. Se pretende, como así ya va siendo una realidad, evitar muertes y pérdidas de haciendas. Todo ello a un coste relativamente bajo, si tenemos en cuenta lo incalculable del valor de la vida humana.
Navegando por esta ruta, WPS ha puesto en circulación su sistema global de alerta temprana que utiliza el aprendizaje automático. Con esta herramienta englobada en la inteligencia artificial, los ordenadores pueden ser capaces de hacer algo tan humano como es el aprender. Y lo hacen, desarrollando programas informáticos, claro. Pero estos se adaptan a la introducción de nuevos datos. Para cambiar su forma de funcionar.
En este caso, el sistema premiado predice el riesgo de conflicto en el próximo año en África, Medio Oriente y el sur y sudeste de Asia. Y tiene previsto hacerlo en breve a nivel global. ¿Cómo lo hace?. Analizando patrones entre conflictos violentos y más de 80 variables ambientales y socioeconómicas que han actuado en lla zona estudiada en las dos últimas décadas .
No se impacienten, que ahora entra el agua en este relato. Porque resulta que, en diciembre de 2019, descubrieron la existencia de riesgo significativo de conflicto relacionado con el agua en los 12 meses siguientes en varias zonas. Eran regiones de Irak, Irán, Malí, Nigeria, India y Pakistán.. Y ofrecieron todos sus datos a expertos en desarrollo global, diplomacia, respuesta a desastres y defensa, para ayudarles en sus prognosis y toma de decisiones al respecto.
Así es como se trabaja por un futuro del agua venturoso. Aprovechando las nuevas herramientas de la inteligencia artificial y colaborando entre instituciones multidisciplinares. En el caso de WPS, trabajan juntos el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos y un consorcio de seis socios: IHE Delft (socio principal), Instituto de Recursos Mundiales (WRI), Deltares, Centro de Estudios Estratégicos de La Haya (HCSS), Wetlands International, e International Alert
Se pretende así operar en una red que capture tanto el conocimiento, como la capacidad. Y que actúe con ambos para conseguir acelerar la intervención n caso de conflictos derivados del estrés hídrico. Y, siempre que se pueda, prevenir antes que curar, que es mucho más barato y efectivo. Además, en esta labor preventiva, adquiere un protagonismo estelar el movimiento migratorio y cualquier forma d desestabilización de la paz social provocado por la carencia de agua, por su exceso o por su contaminación. Inundación, sequía y enfermedad. Los tres jinetes del apocalipsis del agua .
Cada vez más organismo se asocian a esta red, como es el caso de la Universidad Estatal de Oregón, el Instituto del Pacífico, el neerlandés Instituto de Relaciones Exteriores de Clingendael y la prestigiosa Fundación New America.
Esta última, destaca por haber generado expertos en políticas públicas, con el objetivo de aportar soluciones innovadoras a problemas tradicionales- Justo lo que necesita la gestión del agua en el siglo XXI. Un diseño de soluciones centradas en el ser humano para experimentar e innovar urbi et orbi.
Los diferentes socios de la organización premiada, están, como es natural, muy satisfechos. Cabe destacar el UNESCO- IHE, que es el único instituto financiado con aportaciones voluntarias público- privadas, siendo hoy en día, el mayor centro educativo sobre el agua del mundo. Sus 14.500 profesionales del agua repartidos por 160 países del mundo así lo atestiguan.
Desde su cátedra de derecho y diplomacia del agua analizan a fondo la relación entre la inseguridad en el uso de los recursos hídricos y el conflicto. Y con este premio, se animan a seguir por esta vía. Porque conocer bien la estrecha vinculación entre clima, disponibilidad de recurso inestabilidad social y política es una de las claves del futuro.
Por eso cuentan con un mayor estímulo para seguir con sus análisis, promover el diálogo y apoyar a los actores a nivel local, nacional e internacional para participar de manera proactiva y efectiva en la prevención y mitigación de conflictos. Y así, hacer posible un mundo en paz.
Consolidar la paz ambiental, climática e hídrica. Es el nuevo desiderátum de la gestión. Solo se conseguirá a base de fomentar las alianzas entre actores globales, líderes nacionales, entidades de base y actores locales. Ya están empezando a hacerlo en Malí e Irak y, con el impulso del premio, pretenden extenderlo a África Oriental y Afganistán
Por todo ello, la esperanza en las herramientas analíticas de WPS es cada vez más potente. Porque suponen una inestimable ayuda a los tomadores de decisiones. Para establecer e impulsar conversaciones inclusivas y participativas sobre temas relacionados con el agua. Y a amainar tensiones sociales derivadas de una inadecuada gestión del agua. Porque solo así puede trabajarse por la paz desde el ámbito hídrico
A partir de ahora, el premio supone un nuevo impulso para entender mejor la relación entre la escasez de agua y de tierras cultivables. Y del calentamiento global, la inestabilidad política y social. Porque aumentarán sin pausa los análisis predictivos. Gracias a ello, podremos estar mejor preparados para prevenir futuras catástrofes relacionadas con el agua. Acabamos con una Interesante reflexión Chris Baker, uno de l,os premiados. Es el director del Programa de Humedales y Recursos Hídricos, Wetlands International,. Declaró que cada vez son más visibles los escollos que aumentan el riesgo de conflicto. Y señaló dos de ellos, ampliamente tratados en estas páginas. La pérdida de humedales saludables y el funcionamiento de la cuenca fluvial. Estos son los amortiguadores de las comunidades contra la inseguridad del agua.
Lorenzo Correa
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