Esta semana, nuestro terapéutico e higiénico paseo fluvial, nos ha hecho reflexionar sobre un asunto polémico. Nos hemos encontrado de repente con un tramo de cauce relleno de troncos.
Habemus controversia, ha sido lo primero que se nos ha ocurrido comentar en voz alta. Uno de nuestros acompañantes, como todos, enmascarillado por aquello del COVID-19, defiende la postura de que los troncos en el cauce son necesarios porque refuerzan y estimulan el ciclo de nutrientes del ecosistema acuático. “Le dan de comer a la fauna microbiana y a los invertebrados que luego alimentan a los peces.”, nos dice extasiado ante la presa natural que tenemos ante nuestros ojos.
Sostiene, además, que ayudan a generar pozas y suponen un hotel ideal para algunos habitantes habituales del río. Caramba con los troncos, no son solo madera arrancada por la avenida y depositada en el cauce. Nos quedamos con su visión positiva.
Pero ya indicamos más arriba que hay otra interpretación de lo que nuestras mascarillas tienen delante. Para argumentarla tenemos a nuestro otro acompañante.
Como vive desde que nació en la zona inundable de ese río, nos cuenta que, por su experiencia, le dan miedo tantos troncos acumulados en el río. Y nos lleva, unos centenares de metros aguas abajo a contemplar un puente carretero. Tiene pinta de ser en sus estribos, veterano. Pero su vano se ve más moderno. Como intuye el sagaz lector, hubo que reconstruirlo tras la penúltima avenida. Y nuestro amigo el “negativo”, cree que fue por culpa de otros árboles que se acumulaban donde hoy están nuestros troncos.
Ya tenemos tema para pasar la mañana. Polémica y controversia. Uno dice que los ojos de los puentes hay que hacerlos más grandes. El otro dice que eso quien lo paga, porque cree más barato “limpiar” el cauce. Con esa palabra comienzan a caldearse los ánimos. Terciamos nosotros, apelando a lo que en su día escribimos al respecto
Y lanzamos preguntas al aire claro de la mañana soleada. ¿Se sabe en cada país cuánto material leñoso necesita cada río? ¿Se prevé que, como en las carreteras, existan equipos de mantenimiento que actúen con conocimiento de causa y rapidez cuando el problema se detecta?
Acabamos, como casi siempre, acordando que habría que hacer planes integrales de gestión territorial que incluyeran estos aspectos. Dejamos al lector reflexionar y por supuesto nos gustaría conocer su experta opinión. ¿Los ríos humanos necesitan troncos? ¿Cuántos? Seguimos paseando ríos humanos
Lorenzo Correa
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Para alimentar el debate con algunos datos científicos:
https://www.researchgate.net/publication/360113525_La_madera_en_los_rios_una_asignatura_pendiente
Muchas gracias por compartir con nosotros este documentado y bien argumentado articulo. Creemos que es importante alimentar el debate, aunque nosotros lo hacemos desde un punto de vista menos científico y más «social». Los ríos pasan por grandes ciudades, desembocan en puertos, están domesticados por la agricultura, la ganadería y la industria. Ello se debe a que somos muchos en este planeta, más que nunca y a que hemos alcanzado una cierta comodidad de vida mejorando nuestros medios de transporte para llegar donde antes no llegábamos más rápido, más segura y más cómodamente. Y los espacios fluviales son los mismos. Es nuestra teoría de qué pasa cuando lo imparable choca con lo impenetrable. En este caso, lo impenetrable deja de serlo. Pero el debate está en si la sociedad está dispuesta a pagar para que no sea así. Si restaurar la biodiversidad fluvial es una prioridad social. Cuando la sociedad esté de acuerdo, la planificación actuará rápido porque todos los que sabéis de esto, tenéis muy claro lo que hay que hacer y lo que cuesta hacerlo. Insistimos que los datos científicos no creemos que hagan avanzar el debate. La alimentación del mismo viene por otro lado. ¿Seguimos quejándonos y actuando con victimismo cada vez que el río nos inunuda el garaje o nos corta la vía del ferrocarril, o nos preguntamos qué grado de responsabilidad individual tenemos cada uno en la situación existente? ¿ Por qué pocos preguntan antes de decidir habitar un espacio concreto si es inundable o no?, ¿estamos dispuestos a sufragar con nuestros impuestos el esponjamiento de las ciudades o la restauración de las cuencas? Este es el debate que a nosotros nos agradaría alimentar y en ello estamos con decenas de artículos al respecto en estas páginas. Por ahí creemos que va el futuro del agua en estos aspectos, después de haber trabajado más de 40 años en el río y para los ribereños. Gracias de nuevo por compartir y por estimular la alimentación del debate. Esperamos a los sociólogos, que el río no es solo biodiversidad, aunque ella sea la base de todo. Hay mucha gente que vive y trabaja en el espacio fluvial