Ya hace tiempo que nuestra galería poética acuática esperaba la visita del poeta gallego José Ángel Valente. Por fin, está aquí. Aunque para conseguirlo hayamos tenido que reflotar su poema. Porque estaba “por debajo del agua”.

Nuestro poeta de hoy perteneció la generación de 1950, la de los llamados “niños de la guerra”. Una constelación de astros difícil de repetir: Antonio Gamoneda, Ángel Gónzález, Pepe Hierro, Fernando Quiñones, Claudio Rodríguez, Félix Grande… Y entre ellos, José Ángel Valente. Hoy, todos presentes en nuestra biblioteca poética.

José Ángel fue poeta amoroso.  Tanto, que, como observamos en sus versos de hoy, buscaba el amor hasta debajo del agua. Buceando en la poesía se convirtió en un poeta de culto. Un auténtico artesano de las palabras, a las que hacía surcar las aguas de su imaginación, llegando a sumergirlas en las procelosas simas del corazón del lector.

Y por debajo de esas profundidades abisales, consiguió reflotar el amor humano que muchos consideraban enterrado definitivamente. Es el poder de la poesía, cuando la componen grandes poetas. Como el agua, emociona y conmociona, hasta hacernos resurgir de nuestras cenizas y mantenernos a flote. Entonces, se produce el milagro de mirarnos en su espejo y comprobar que ya somos otro.

Allí, debajo del agua, buscó el amor Valente. Donde se experimenta la pasión y la entrega. Y una vez sumergidos por debajo del agua en el amor, llegamos al límite de lo humano y ascendemos acompañados hasta la superficie.

Deleitémonos con la palabra de José Ángel Valente, buceando hasta el fondo de nuestro ser en el océano de los sentimientos. Y bebamos los versos del poeta, antes de salir a la superficie, saciados de agua poética, pero con el amor perdido.

Para que suba al aire

de tu mirada;

mi corazón me enciende,

luego se apaga.

Y es que por debajo del agua, bucea el amor

 

Lorenzo Correa

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