¿Vale la pena invertir dinero en inteligencia emocional para gestionar el agua del grifo?


 

La calidad del agua que sale por nuestro doméstico grifo,  genera un debate interminable. Eterno.  La eternidad es la última estación del viaje al futuro. Por eso, obligados por nuestro leit motiv futurista, no tenemos más remedio que ocuparnos periódicamente del estado de esta cuestión.

Los grifos están casi todos en lugares urbanizados y ordeñan una red de abastecimiento también urbana. En ese ámbito se encuentran casi todos los existentes. Aunque también los hay en lugares menos poblados y densos. Esos ordeñan una tubería que no pertenece a una red de abastecimiento. Nos ocuparemos de los grifos de red. Son los más.

Para darle a este artículo algo de emoción, citaremos a Mircea Eliade. En su mítico libro sobre el eterno retorno, escribió: “todo territorio que se ocupa con el fin de habitarlo o de utilizarlo como espacio vital es previamente transformado de caos en cosmos, por efecto del ritual se le confiere una forma que lo convierte en real, y por tanto sagrado”

Hete aquí que el grifo, al formar parte del microcosmos doméstico del macrocosmos urbano, está en un lugar sagrado. Pero no lo parece, porque, como ya hemos comentado en otras fechas, la desconfianza en usar lo que sale por él, sigue siendo mayor de lo que debería. De lo que debería para estar en un lugar sagrado.

El fluido que mana del grifo, el agua que usamos para beber, cocinar o bañarnos, no parece tan sagrado como debería. Porque muchos no se la beben por desconfianza.

Grifo y agua

Hay grifos de diseño que cuestan un Potosí. Y en cambio su agua no es confiable. ¡Qué paradoja!

Mientras tanto, obviando lo emocional, que es lo que seduce, leemos día tras día la evolución mediática y científica del mercado del agua.

Reunión del Consejo del Agua de EEUU, ese centro de innovación de tecnología del agua. Cientos de participantes, miles de inscritos a sus sesiones. Se comunican avances, se compra, se vende. Pero, ¿se seduce?

En España se presenta el decimoquinto estudio nacional de suministro de agua potable y saneamiento. Se publican sus datos, de gran interés. Pero ¿se seduce?

Parece que no, porque la Organización de Consumidores y Usuarios ha lanzado recientemente la campaña #PideJarraDeAgua. Con ella pretende ganar la confianza de los usuarios para que el legislador se anime a promulgar una ley que obligue a bares y restaurantes a ofrecer agua del grifo de manera gratuita a sus clientes. ¿La querrán beber?

¿Es segura el agua del grifo?. Los profesionales del ramo, los expertos afirman categóricamente que sí. ¿Por qué hay que hacer campañas entonces? Porque no se ha resuelto el aspecto emocional. Por eso el debate está abierto y el cientifismo, «per se», no lo acaba de cerrar.

Cuanto más se avanza en el desarrollo de técnicas analíticas, peores noticias tenemos para el grifo. Leemos por ejemplo que las toxinas que más afectan al riñón son las perfluoroaquiladas (PFAS). Estos compuestos no biodegradables, pueden acabar en nuestro flujo sanguíneo a través del aire contaminado, del suelo, de los alimentos y del agua. Porque pueden ingresar en las redes de abastecimiento de agua potable por infiltración desde los campos de cultivo. Estas noticias son letales para la confianza del bebedor urbano. Y no observamos que sean neutralizadas con argumentos potentes por los gestores del agua. El efecto es demoledor. La gente no se fía del grifo.

 

Agua del grifo, mejor si el origen es bueno
Foto: Gloria Correa

Si observamos la manera en que en los EEUU enfocan este asunto, comprobaremos que tampoco están nada seducidos por sus grifos.

Los 320 millones de useños que acceden al agua a través del grifo, no están contentos. Porque creen que decenas de millones de ellos están expuestos a ingerir agua contaminada cuando lo abren.

Preocupa el tricolroetileno (TCE) que llega a los domicilios de 14 millones de personas a través del grifo. Eso dice la última encuesta nacional de calidad del agua del EWG, el prestigioso  Grupo de Trabajo Ambiental que pretende garantizar una vida más sana en un medio más limpio desde la investigación y la pedagogía. Así proporcionan al usuario datos para elegir la mejor opción del mercado. Muchos se lanzan a comprar botellas de plástico para beber. Porque desconfían del grifo. Sobre todo si les dicen que al beber TCE , la mayor parte de la ingesta se va a la sangre.

Luego, el hígado lo descompone, generando otras sustancias químicas que en su gran mayoría se expelen por la orina. Aunque el remanente, se acumula en la grasa corporal.

En un país tan enorme, los casos de contaminación de las aguas potable, se multiplican. Y cada vez, se compran más botellas de plástico.

Las conclusiones de la encuesta del EWG, una vez analizadas 20 millones de muestras en el quinquenio 2004- 2009, revelan que se detectaron 316 contaminantes diferentes en el agua del grifo. Demoledores. Adiós confianza.

Las desgracias nunca vienen solas. Detrás de una calidad deficiente en el grifo, se encuentran unas infraestructuras que transportan el agua que por él mana. Cuando se resuelve un problema mediante la construcción de una obra pública, todo el mundo lo celebra. Finalizados los fastos de la celebración, además de la generación de votos para los políticos responsables de la gestión, se inicia el ciclo de vida de lo construido. Y hay que mantenerlo. Las crisis económicas no ayudan al mantenimiento. Y las obras se deterioran. El problema acaba en el grifo.

En Estados Unidos, también ha ocurrido. Como ejemplo paradigmático, aquí ya hemos hablado de la situación en la ciudad michiguense de Flint. Hace cuatro años comenzó allí el infierno del plomo en grifo para más de 10.000 de sus vecinos. Alarma pública, descontrol en los gestores y huida del agua doméstica fueron las consecuencias. Todo acabó en una demanda que hace sólo unos meses se sustanció con la sentencia judicial correspondiente. Y el responsable de  salud pública del estado fue procesado por dos casos de legionella que desgraciadamente acabaron con el fallecimiento de los contagiados.

Hoy en Flint, siguiendo el parecer de las autoridades, nadie consume agua del grifo, hasta que toda la red de tuberías de plomo sea sustituida por materiales exentos de peligro contaminante para el agua. Como mínimo, hasta dentro de tres años

Por nuestra procedencia profesional, aquí citamos mucho a la ingeniería. Es la base de la gestión del agua. El “colegio” de ingenieros civiles de los estados unidos, la famosa ASCE, publica desde hace treinta años su informe de infraestructuras. Utilizan la misma manera de puntuar que las escuelas. La mejor nota es una “A” y la peor una “F”. De fracaso. El informe del año pasado puntúa a las infraestructuras con una “D” alta. Muchas obras están agonizando, acabando su vida útil. Las obras hidráulicas también.

Para paliar esta terrible situación, que como hemos visto, también afecta al agua del grifo, solo hay una solución. Destinar dinero a arreglar lo que está roto o muy deteriorado. Y las obras hidráulicas useñas llevan veinte años con una nota de “D” alta. Porque las redes de transporte de agua están enterradas. Y lo que no se ve, no se arregla.

En eso parece que están. De ahí que el presidente Trump declarara recientemente que  «Después de gastar tan estúpidamente US$7 billones en Oriente Medio, es hora de empezar a invertir en nuestro país«. Invirtiendo en mejora de infraestructuras dinero público y privado. La friolera de  US$1,5 billones en la próxima década.

Afortunados los que disponen de presupuesto para ello. Imagínense los que no, que son la mayoría. Aún hay algo más: las redes comunitarias de los bloques de pisos. En ellas no tiene competencia la administración municipal. Son privadas. Y la mayoría de comunidades de propietarios no tiene dinero para modernizarlas ni para mantenerlas. Para descontaminar el agua que sale por el grifo.

Entramos aquí en la batalla comercial de los vendedores de agua mineral o de adminículos para depurarla en casa, con los distribuidores privados de agua de las redes. Por encima de ellos está el regulador local o estatal.

Cada bando, pretende “vender” su agua. Y el usuario decide, en función de su información y sobre todo, de su poder adquisitivo.

Mientras unos publicitan como pueden su agua potable de red, otros hacen publicidad, con más medios, arrimando el ascua a su sardina. A su agua privada (embotellada o depurada en casa), tan  bendita

Como ejemplo, estas preguntas: ¿Beberías de una botella de agua que no se ha limpiado en cincuenta años?  ¿Beberías de una botella de agua que sabes si fue limpiada en las últimas décadas?

Comparen mensajes y creo que no les será difícil decidir cual solución les otorga más confianza.

Hay otra batalla en un nivel superior a la anterior. La de los partidarios del agua pública o del agua privada. Esa batalla, ya es política. Y aquí ya hemos informado sobre ella.

Congresos, seminarios y reuniones de expertos. Avance imparable de la ciencia para mejorar la calidad y la gestión del agua. Resultados medibles e incontrovertibles. Más eficiencia en la reutilización, en la desalinización y en la detección de fugas. Aumento de las extracciones de aguas subterráneas y mejora de la gestión de los acuíferos. Cada vez más campañas de concienciación de la importancia y de la escasez del agua. Ahorro cada vez mayor. Caudales de mantenimiento en los ríos para preservar la fauna y la vegetación de ribera y aumentar la calidad del agua.

Nos parece fantástico y muy loable. Ese es el camino del futuro del agua.

Pero nos siguen resonando en el cerebro las preguntas anteriores: ¿Beberías de una botella de agua que no se ha limpiado en cincuenta años?  ¿Beberías de una botella de agua que sabes si fue limpiada en las últimas décadas?

¿Cuál es la respuesta del lector?

¿Desearía usted que se invirtiera algo de dinero público o privado en inteligencia emocional para la gestión del agua?

Nosotros creemos que esa sería la mejor manera de recuperar la confianza. Y beber del grifo con normalidad.

Lorenzo Correa

Safe Creative #1608240244452

¡ Síguenos en las redes sociales !

twitterfb

¿Te interesa la gestión del agua desde la perspectiva del coaching?

Ponte en contacto con nosotros para más información sobre la participación de Lorenzo Correa en charlas, conferencias, formaciones o debates a nivel internacional

Recibe un email semanal con nuestras publicaciones

Te das de baja cuando quieras.


Deja un comentario