La sal del mar es mucha. Tanta, que hay que extraerla del agua marina para dulcificarla. Nuestro insigne vate de hoy, no sabía de técnicas desalinizadoras, pero sí que conocía algunos de los atributos de la sal.

Desconocía las posibilidades de la energía de las olas que desvelábamos anteayer. Sin embargo, era un maestro en energías amorosas. Las que se alimentan de emociones literarias del lenguaje bien armado, rimado y medido.

El Fénix de los Ingenios, ese Lope de Vega que compuso 3.000 sonetos, hoy nos trae uno de Arcadia,  su libro de poesía y prosa más leído.

Y en él nos deleita en catorce versos con la canción que Benalcio y Danteo cantaban siguiendo la senda pastoril.

Lope supo extraer de la naturaleza los mimbres con los que tejer el cesto del poema, en el que mezcló vida, literatura y el misterio de reconocer a los personajes. También lo integró, en ese “locus amoenus” que son los lugares de agua. Como el que se encuentra «Entre las dulces aguas del caudaloso Enmanto y el Ladón fértil…». Ese el paisaje fluvial elegido por el autor para iniciar la novela. Para mantenernos en la evocación continua de paisaje griego idílico, verde y apacible

Hasta llegar al verde mar gaditano con su agua esmeralda. Notamos el rugoso tacto de las conchas de la orilla. Oímos las palabras Silvia contra el agua. Y saboreamos, con Silvia, el abrasador gusto de la sal. Por salaz, lujurioso.

Y todo, para unir el mar y sus aguas con la novela pastoril, tan de moda en los años finales del siglo XVI. Diálogos pastoriles de gran calado preciosista. Erudición sin límites, la de Lope, aprovechando la estética florida del género bucólico. Agua y literatura. Sal y conchas en la playa.

El poeta nutre de sales a la poesía pastoril para narrar amores entre personajes con nombres ocultos, aunque conocidos del lector avisado. De verso en verso, llega hasta el mar de Cádiz, para oír a <silvia en el agua .

Esa es la sal del soneto, diluida en el agua de la trama. La que sacia la sed. Y la que, en íntima coyunda con la sal, abrasa los sentidos

 

 

Lorenzo Correa

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