El rumor del agua, es un ruido sordo, vago y continuado. A veces avisa del peligro. Otras, acompaña en el conticinio y relaja el cuerpo y el alma. Y es precisamente este último tipo de ruido el que hoy nos acompaña. Rumor poético de susurrado por una coatepecana de nacimiento, mexicana de Veracruz. Ella es la poeta acuática que hoy nos regala su poema. Así dijo el agua, se titula.

Y la generadora del murmullo poético es María Enriqueta Camarillo. Oyó el agua desde su más tierna infancia, cuando disfrutaba del paisaje de su tierra, tan prolífica en ella. Aspirando el olor a azahar de los naranjos veracruzanos, del café y de las orquídeas de su patria chica. Y bañándose en los arroyos que hacen estruendoso el rumor de las aguas del río de la Antigua.

Cuando creció lo suficiente para comenzar a escribir poesía, se convirtió en la primera mujer reconocida como escritora modernista. Y el rumor de su fama creció hasta límites insospechados cuando publicó los primeros los libros que leyeron los niños mexicanos del temprano siglo XX.  Sus “Rosas de la infancia”

Como escritora modernista, publicó en el mítico órgano del modernismo mexicano, la Revistas Azul. Y en ella, los poemas con el agua como protagonista estuvieron presentes. No en vano, el modernismo prefería las formas onduladas con líneas curvas y continuas. El trazado de la corriente al que los poetas añaden el rumor del agua.

Después de María Enriqueta el rumor continuó in crescendo. Porque el coro de poetisas modernistas que fueron publicando intensificó su presencia en el mundo literario hispanoamericano. Con  Delmira de Agostini, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y  Juana de Ibarborou. Pasión femenina en el movimiento modernista.

Camarillo inició el rumor celestial de la corriente. En su poema Así dijo el agua, está la muestra

 

Lorenzo Correa

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