Después de la lluvia, no debe ser difícil escribir un poema. Para ello, solo hay que ser un buen vate y dejar que la musa nos pille trabajando. Ese es el caso de nuestro invitado de hoy. De Eloy Sánchez Rosillo que nos regala un poema titulado, precisamente “después de la lluvia”.
Cuántos poetas han escrito, antes, durante y después de que las nubes nos mojen. Loando a este meteoro, que casi siempre se porta bien para el rapsoda. Ya Góngora le cantaba a Celalba los males que acontecen cuando el aguacero no tiene freno… «los días de Noé, gentes subidas en los más altos pinos levantados, en las robustas hayas más crecidas”.
También nuestro admirado Raúl González Tuñón, en su poema dedicado a la lluvia, la define con honda emoción: “hermosa” cuando cae mansamente, “furiosa”, cuando hace pensar en un maremoto, pero siempre “saludable y triste”. Porque él ama “con toda la ternura y con toda la furia de la lluvia”. Que para él es bella y triste. Como el amor. Pero con una tristeza que se convierte en una “manera sutil de la alegría”.
Pero hoy, Eloy Sánchez Rosillo, nos entrega un poema maravilloso. Nos evoca en él esa “intensa belleza inestable” que nos embarga después del chaparrón. Y es que él, la capta en un minuto prodigioso.
Versos escritos por un murciano contemporáneo que sabe lo bella que es la lluvia, esa lluvia que dura un minuto, cuando llega a su tierra. Aunque con solo ese minuto, hay que ver lo que hacen con la poca agua que deja. Es la Murcia hídricamente eficiente, ejemplo de utilización racional del agua.
Después de la lluvia, sale siempre el sol. E ilumina los versos del poeta. Y sus mejores deseos. No en vano, lo que más le gusta a Eloy es que todos sus lectores nos veamos acompañados por sus poemas, que veamos en él a un semejante y a un amigo. Como al sol, después de la lluvia.
Disfruten con el corto pero intenso poema del murciano poeta en activo que hoy nos regala su poema para después de la lluvia
Lorenzo Correa
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