Entubar es una actuación que en medicina se utiliza para salvar vidas. Según el diccionario, es introducir un tubo o una cánula dentro de un conducto, de un órgano hueco o de una cavidad orgánica. A veces, es la única manera de que un paciente respire y se alimente, de que salve su vida. En nuestro ámbito del agua, también tenemos pacientes entubados. los ríos entubados que discurren bajo las zonas urbanizadas.
Al contrario que en la medicina, los ríos entubados no suelen dar sensaciones de vida y esperanza, sino todo lo contrario. Nos hacen pensar en algo tétrico, oscuro, sucio y maloliente. Los ríos entubados, están ahí, pero no los vemos. Solo vemos su embocadura, como en la foto, a veces con dificultades.
¿Se imaginan un enfermo entubado con la embocadura obturada? Muerte segura. Los ríos entubados, están obturados en su embocadura en más ocasiones de las que a un médico fluvial le agradaría. La enfermedad que provoca esta obturación tiene doble origen.
Por omisión, se generan ríos obturados cuando los arrastres no se eliminan mediante limpiezas periódicas. En este caso, la solución no es fácil, porque hay que definir previamente quien paga los gastos de farmacia, si la administración municipal o la del agua.
Por acción, se «fabrican» ríos entubados enfermos cuando el tubo no tiene el diámetro suficiente. Los ahorros en la construcción provocan problemas y gastos en la gestión. Pan para hoy y hambre para mañana.
Ríos entubados, asignatura apasionante de la medicina de ríos
Lorenzo Correa
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