Río anastomosado. Texas, El Álamo y las misiones


 

Río anastomosado es aquel aquel cuyo cauce es trenzado. Lo conforman islas y canales naturales. Por ellos discurre la corriente, esquivando los sedimentos depositados en islotes.  La pendiente elevada o el gran número de sedimentos depositados, son la causa de su generación.

Este natural retrato de un río anastomosado, responde a variables tan naturales como la pendiente, la velocidad del agua, la tendencia a la sedimentación en el espacio fluvial y las características de la cuenca. Todo natural

Pero hoy trataremos sobre el río anastomosado artificial. Con el ejemplo de lo ocurrido en el último siglo en Texas. En San Antonio, concretamente. Todo comenzó con la construcción de ocho acequias, en el siglo XVIII, para llevar el agua a cinco misiones. De estos canales dependía la pervivencia de la misión. Y la misión era sinónimo de civilización, de progreso. Agua y progreso, de nuevo vinculadas. En este caso gracias a un río anastomosado. El río San Antonio. También llegaba el agua hasta el legendario fuerte del Álamo.

Río anastomosado. Las acequias misioneras de San Antonio, Texas

Como los ríos son las venas del planeta, aquí nuestro río humano de hoy, llevaba por sus venas el agua del progreso a las misiones. Cuando el progreso fue evidente y las misiones dejaron de tener razón de ser, los canales variaron su función.

Y la nueva ciudad del siglo XX, la ciudad del progreso, se basó en estas venas para generar bienestar entre sus habitantes y visitantes. El río anastomosado se convirtió en paradigma de ocio, relajación, salud y contacto con la naturaleza. Sin salir de la ciudad.

Por las venas misioneras fluye el agua que transporta relajados remeros. En sus riberas proliferan bares y restaurantes. Cuando llueve intenso ¡ay el drenaje urbano!, conducen un agua a un túnel de alivio de avenidas. Río anastomosado con alguna vena subterránea, by pass en caso de avenidas. Con muchos azudes. Progreso, sí

Defensa contra inundaciones urbanas

San Antonio tiene un río anastomosado. Y sus habitantes lo disfrutan. Acerca la naturaleza a la urbe, promueve un ocio relajante y alivia inundaciones. A veces lo artificial no es tan malo como lo pintan. Por anastomosis, conecta vasos e incluso con la intervención quirúrgica del túnel de alivio, evita el infarto en la ciudad inteligente

Lorenzo Correa

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