Su obra es un torrente de gotas preciosas. Ante todo, vaya nuestra más cordial felicitación a la flamante Premio Cervantes 2018.
Gota refrescante, agua pura en mínima expresión. Es la ofrenda poética de la uruguaya Ida Vitale Gotas que apaciguan nuestra sed de poesía del agua, en la dosis justa para
seguir leyendo sus poemas.
«Reducción al infinito» es el título del libro del que salen estas gotas. Poesía a la que llegó atraída por un vacío. La descubrió en la escuela leyendo a Gabriela Mistral. La depuró en el exilio mexicano. Allí encontró la paz y a Octavio Paz y amó los versos de Amado Nervo
Fascinada por la literatura francesa, traduce con fruición a los escritores galos y explora sin cesar el jardín cerrado donde todo se transmuta.
Gota a gota, reduce el infinito inabarcable de la poesía. Y nos demuestra que, incluso en esta era neobárbara, la poesía tiene un lugar y sirve para algo. La necesitamos tanto como el agua. Por eso, como el agua, hace más falta que nunca.
Les dejamos con sus palabras sabias y refrescantes, como las gotas de su poema:
Pese a la siniestra aceleración de la Historia confío, quizás injustificadamente, en que la poesía, como la música, serán siempre irremplazables para alguien.