Ríos perdidos


A veces la vida cotidiana se superpone a la eternidad del río y eso sucede cada vez que éste se cruza en el camino del ser humano, casi siempre  porque los seres humanos necesitan atravesarlo, taparlo  o acercarse lo máximo posible a su cauce para ir asentando su progreso sobre el espacio fluvial.

Lo imparable es ese afán de progreso humano que se traduce en una ocupación a veces lenta, a veces rápida, a veces molesta por antiestética, a veces salvaje y a veces mesurada y respetuosa,  del territorio.

Lo impenetrable debería ser el espacio fluvial (¿o no?).

Problema difícil de resolver, el que se produce cuando lo imparable choca contra lo impenetrable. Suele perder la batalla el río y entonces es penetrado y acabamos perdiéndolo, como en las fotos que ilustran esta reflexión etnofluvial, que pretende elucidar sobre la relación amor-odio de la gente con el río.

Reflexione quien así lo desee y dígannos qué emoción les producen estas fotografías. Avisamos que cualquier parecido con la realidad no es ninguna coincidencia, es la pura realidad

                                                                  ¿Veis el río?

Lorenzo Correa

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