Río con cueva, así es nuestro río humano de hoy, con una parte oscura, como la que todos nosotros albergamos en nuestro interior, que a veces nos pone los pelos de punta  y otra luminosa, que es la que preferimos admirar y mostrar.

El diccionario nos enseña que espeluznar es desordenar el pelo o bien que se erice a causa de algo que causa terror y que una espelunca es una gruta o cavidad tenebrosa.

La espelunca espeluznante del río subterráneo que solo ve la luz a la salida de la cueva. Tiene de mágico lo que todas las cuevas, en las que siempre se sospecha la revelación de un  augurio o se proclama “sotto voce” alguna aparición etérea.

Y el río, cuando recorre estos impresionantes parajes se detiene a contemplar la sagrada apariencia del lugar donde intuimos que se manifiesta alguna vez ( o siempre), lo sagrado.

A muchos este escenario les parece espeluznante y creen oír terribles sonidos y ver extrañas  formas. Por eso se apartan. Otros, sabiéndolo, se refugian aquí con la seguridad de que nadie les va a encontrar.

Les dejamos ahora con la imagen de un río espeluznante, que convenientemente analizada por cada espectador, sugerirá todo tipo de interpretaciones.

Sumérjanse en las aguas del río espeluznante en la espelunca negra. En cualquier caso, una forma más de manifestar la belleza del escenario río.

Lorenzo Correa

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