Hace unas semanas recibíamos en nuestra sección de poesía del agua a un poeta brujo, Fernando Villalón, eterno descubridor y habitante de la Baja Andalucía, descriptor único de la campiña y la marisma que alfombran y humedecen esas mágicas tierras, prolífico ganadero y escritor que dio fama al escenario marismeño en el que vivió, donde el agua es la principal heroína.
Y hoy, en nuestra sección de ríos humanos acogemos las fotografías y los textos de otro poeta gaditano, en esta ocasión ribereño del Guadiaro, como es David Ríos, polifacético escritor, Caballero Legionario, viajero, residente temporal en las antípodas, ornitólogo y mecánico, a punto ya de publicar un magnífico libro de poemas que hemos tenido la ocasión, en rigurosa primicia, de leer y degustar, además del honor de epilogarlo.
David nos trae su visión de uno de los arroyos de Jerez, en este año tan loco, en el que nos muestra su faz seca, su faz húmeda y su inundación generosa, obedientes como son a los dictados del clima.
Disfruten de la descripción y de la visión de este maravilloso entorno, que la pluma y la cámara de David nos regalan:
“El arroyo Salado nace en Fuente del Rey, en el término municipal de Jerez de la Frontera en Cádiz. En el tramo donde están tomadas las fotos, el arroyo se encuentra flanqueado por tarajes y carrizos, mostrando una castigada vegetación, afectada por el agresivo impacto que el ganado le produce durante la época estival. El terreno està surcado por numerosas escorrentías que erosionan su cauce al no poseer vegetación que proteja sus márgenes.
En la zona abundan los cultivos de girasol, trigo o cártamo de forma alterna según los años, acompañado de amplias áreas de matorral denso compuesto por acebuches y lentiscos. Cultivos que van siendo reemplazados en la última década de forma muy notable por el olivar. Su espacio fluvial atrae a los amantes de la caza de la perdiz roja y entre su fauna destaca el grupo de las rapaces, cuya reina indiscutible, el águila imperial ibérica, encuentra en estos campos abundante caza.
Afluente del Guadalete, el mítico río de Tarik que nace al norte de la sierra de Grazalema y discurre por la provincia de Cádiz, con una pequeña parte de su trazado en la de Sevilla, desembocando en El Puerto de Santa Maria, donde estudiaron juntos Juan Ramón Jiménez y Fernando Villalón y donde nació Rafael Alberti.
Hasta mediados del siglo XX era navegable para pequeñas embarcaciones hasta Jerez de la Frontera. Hoy su desembocadura es el puerto fluvial de El Puerto de Santa María. En época romana se realizó la modificación de la desembocadura del río para que discurriera hacia lo que hoy es el Puerto de Santa María, quedando el cauce anterior abandonado ( río San Pedro). Es uno de los ríos «anguleros» de Andalucía, responsable del aporte de sedimentos que han creado las costas de la Bahía de Cádiz y es también responsable de su continuo proceso de colmatación.
Cauce humano el Arroyo Salado, tan humano como el Guadalete. Gracias, David, nos vemos en Cádiz.
Lorenzo Correa
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