Ya hace un año que nos ocupamos aquí de la gestión del agua en un lugar tan emblemático del progreso y la modernidad como es la ciudad-estado de Singapur. Su apuesta por la reutilización del agua, hasta hacerla apta para el consumo humano por un lado. Y por el otro su dependencia del vecino malayo, hasta el año 2061, de la mayor parte del agua que necesita,
conforman un escenario muy atractivo para no dejar de asistir a la representación de los sucesivos capítulos que con el paso tiempo en él se van desarrollando.
Recordemos los aspectos más importantes de esta historia: La Federación Malaya, formada en 1963 por Malasia, Singapur, Sarawak y Sabah, duró solamente dos años hasta que, en 1965, Singapur fue expulsado de ella a causa de las crecientes exigencias de la comunidad china. Previamente, en 1961, Malasia y Singapur habían acordado que el suministro de agua al árido Singapur se realizaría en los 100 siguientes años, mediante el envío desde el río Johore, en un punto de captación situado en el estado malayo del mismo nombre, de 1 hm³ de agua. Una vez en Singapur el agua bombeada se potabiliza, vendiéndose a Malasia la décima parte, apta para el consumo de las zonas más cercanas a Singapur.
Cuando se pretendió renovar el tratado otros cien años más, solicitando el doble de agua, los malayos respondieron con una tajante negativa a ampliarlo más allá de 2061. Con esta negativa comenzó el segundo capítulo de esta historia en el que Singapur se plantea la manera de sustituir el casi 50% del agua malaya que consume por recursos propios:
- agua de la lluvia (2400 mm anuales) a almacenar en 17 embalses, que cubren el 30% de la demanda de agua, imposible de ampliar, porque no hay más terrenos que inundar, pues el área inundada por las presas ya es de dos tercios de la superficie terrestre del país y más del 80% de la isla está urbanizada.
- agua del mar, que aporta tras desalinizarse un 10% de la demanda. Hay dos plantas en funcionamiento, con una producción de 0,26 hm³/día. Para el 2060, se espera aumentar la capacidad de desalinización en casi 10 veces para que esta fuente supla el 30% de la demanda futura.
- agua residual reciclada de alta calidad, allí denominada “NEWater”, a la que se le asignó cubrir el 30% de la demanda restante, con la obligación de superar el 50% en el año 2060.
El objetivo es alcanzar la autosuficiencia, dándole la vuelta a la tortilla, para pasar en 40 años a no depender en absoluto de ningún vecino y hacerlo en mucha menor medida de la climatología, sin afectar al medio y pagando por ello el precio más justo posible, porque el agua buena no es cara ni escasa sino costosa. Es muy importante esta distinción, que pocas veces se tiene en cuenta, pero permite que en Singapur o en Dubai no haya restricciones.
Cuando se planteó el reto, en 1997, de hacer cosas para tener agua buena sin depender de nadie, el ministro del ramo declaró: “Sobreviviremos. Quizá tengamos que pagar más por el agua en el futuro, pero sobreviviremos«. Y efectivamente, ya ha subido el precio en un importante porcentaje. Es el coste a pagar para pasar de ser un país extremadamente vulnerable a un país con políticas públicas encaminadas a lograr la autosuficiencia. Lo costoso que es tener agua buena y medio sano.
Singapur tiene casi seis millones de habitantes, esperando llegar a siete en dos años. Ahora consume 1,8 hm³/día (657 hm³/año), procedentes de las tres fuentes más arriba indicadas y de la importada de Malasia. El saneamiento se realiza por un sistema subterráneo, el Deep Tunnel Sewerage System (DTSS), cuya primera fase supuso en 2008 la construcción de un túnel de 48 km de longitud como colector en alta hasta la depuradora, con una inversión de 2.000 millones de euros, que incluye también dos emisarios submarinos de 5 km de largo y 60 km de colectores en baja. La depuradora, Changi Water Reclamation Plant trata 900.000 m³/ día, enviando una parte del agua tratada al mar y otra a la potabilizadora Changi NEWater donde se trata para beberla como marca NEWater, la marca propia de agua reutilizada de Singapur de la que ya tratamos aquí. En noviembre del año pasado se iniciaron las obras de la segunda fase que amplía las canalizaciones de la primera hacia el este para conseguir un sistema integrado a todo el país en 2025. El agua residual llegará por gravedad a dos nuevas plantas de reutilización para producir NEWater, o se enviará al mar.
A estas enormes inversiones en reutilización-abastecimiento, los gestores añaden lo típico en estos casos: acciones de regulación de tarifas, de campañas de consumo responsable y eficiente, incremento de presupuestos destinados a investigación y desarrollo de nuevas tecnologías (las inversiones públicas en este ámbito han sido de casi 3 millones de euros en los últimos 12 años), políticas públicas de ahorro y limitación del consumo de agua.
Recientemente la agencia del agua ha revisado la tarifa del agua en dos fases, julio de 2017 y julio de 2018, para poder hacer frente a las inversiones en infraestructuras y a los crecientes costes operativos y para satisfacer la demanda futura, con mayor garantía y continuar entregando un suministro de agua de alta calidad y confiable. Con esta tarifa se cubre el coste de la potabilización y depuración, la extracción almacenamiento y transporte, la producción NEWater, la desalinización y el mantenimiento y paulatina expansión de la red por toda la isla.
La tarifa incluye también el impuesto de conservación del agua (WCT), que se aplica a la tarifa de agua potable, que refleja el coste adicional de producir más agua potable (por desalinización y NEWater, concienciando a los consumidores del valor del agua que utilizan.
Para compensar, se aumentó el descuento lllamado “U-Save” para hogares, de la empresa pública de la vivienda (HDB) que va de $ 40 a $ 120 en función del número de habitaciones de cada piso. En total, los hogares elegibles reciben entre $ 220 y $ 380 en descuentos de U-Save por año, que se abonan automáticamente en su cuenta de servicios públicos.
HDB es la autoridad de vivienda pública de Singapur que planifica y desarrolla el urbanismo construyendo casas y transformando ciudades para crear un ambiente de vida de Fundada en 1960 durante la crisis de la vivienda, se ocupó de proporcionar condiciones de vida sanitarias para reconstruir barrios marginales antihigiénicos y asentamientos precarios. Solo en su primera década construyó 54.000 pisos.
En los próximos cinco años el consumo de agua crecerá un ritmo del 1% anual. El mayor crecimiento se dará en el consumo industrial (por el crecimiento y la diversificación de la industria). Estos serán los que paguen la parte del león de lo que se gaste. Más fácil parece que la población, aunque aumentará, se adapte sin problemas a las limitaciones de agua para uso doméstico, porque tendrá trabajo y podrá pagar su parte sin problemas, sabiendo que el agua que viene del “cielo malayo” se acaba y que tendrá unas garantías cualitativas y cuantitativas impensables hace solo unas décadas.
Y decimos que podrán pagarlo porque el sueldo mensual medio después de impuestos (neto) es de 2.567,54 €. Así, reutilizar y desalinizar es más fácil porque los clientes pueden pagarlo. Para comparar mejor, en un supermercado, una botella de litro y medio de agua cuesta 1,2 € y un kg de pollo 5,5 €
La apuesta por la innovación también llega al drenaje urbano pues para el año de referencia, 2061, se pretende que el 90% de la superficie de Singapur disponga de la posibilidad de drenar las aguas pluviales y transportarlas a un lugar seguro, sea depósito o sea acuífero. También se prevé que para esa fecha el agua reciclada NEWater se destine al 55% del consumo y el agua desalinizada el 25%. Por ello, cada año se incrementarà en un 2% el agua reutilizada para que salga por el grifo.
Obras son amores y así, el año ha comenzado con la licitación por parte de PUB, la agencia nacional de agua de Singapur, de tres proyectos, con un presupuesto conjunto cercano a los 20 millones de euros destinados a mejorar la eficiencia energética en la producción de agua, optimizando la eficiencia del agua en procesos industriales, y el uso de análisis de datos en la gestión de recursos hídricos.
El reto de los próximos 40 años está en trabajar duro para mejorar procesos biológicos, tecnologías químicas y redox, desalinización y reutilización de agua, gestión de lodos y salmueras, automatización y robótica, gestión de cuencas, análisis de la calidad del agua y su distribución del agua, mayor uso de aguas subterráneas y conocimiento y gestión sostenible de acuíferos, tecnologías descentralizadas de tratamiento de agua y tecnologías de agua destinada a la industria. Ahí es nada, no estará mucho tiempo lleno el monedero.
Todos los retos suponen una drástica reducción del consumo de energía de cada uno de estos procesos y por ahí van las líneas maestras de la investigación. Y surgen novedosas ideas como la biomimética, la imitación de la naturaleza de la que ya tratamos aquí, tan presente ya en el desarrollo de vehículos que imitan la fotosíntesis, o en pinturas que repelen el agua y la suciedad como la flor de loto, o en álabes con muescas parecidas a la aleta de una ballena o en colectores de agua de niebla y humedad ambiental a partir del escarabajo. Si en los manglares, de los que todavía alguno queda por allí, los mangles y las especies animales que viven en agua salada pueden filtrar la sal para producir agua dulce para su consumo, ¿por qué no lo van a a hacer los humanos?
El primer proyecto que se licita, pretende conseguir agua a partir de la extracción de material genético de las especies vegetales y animales específicas e incorporarlas a las membranas. En nuestro cuerpo el agua acoge en su seno iones, lípidos, azúcares, proteínas y otras macromoléculas que forman parte de las células y su entorno. Para que haya vida las células deben incorporar nutrientes, hormonas, iones y gases, expulsando las sustancias de desecho, todo ello a través de la membrana, mediante difusión pasiva entre los lípidos de su estructura o a través de proteínas transportadoras específicas que circulan a través de canales conocidos como acuaporinas, especie de relojes de arena en su forma, hidrófobas, que estrechan el poso y canalizan y regulan el paso del agua por las membranas. Se trata de producir agua imitando el comportamiento de nuestro cuerpo y también produciendo versiones sintéticas de las acuaporinas que tienen propiedades similares y, por lo tanto, pueden funcionar de la misma manera.
Como se busca siempre la eficiencia en la producción de agua, las aguas residuales son la mejor materia prima, siempre que se saneen sin aportación de energía adicional, produciendo agua sin consumo de energía, como ya se hace en la depuradora de Marselisborg en Aarhus, Dinamarca, que ya produce más del 150% de la electricidad que necesita para la planta, derivando el excedente para alimentar las bombas que envían agua potables a las partes más altas de la ciudad.
La segunda inversión contratada pretende aumentar la eficiencia del tratamiento optimizando procesos. En ciudades que conocemos bien como Panamá, con un clima muy parecido al de Singapur, cálido todo el añoiy húmedo casi todo, el mejor lugar para ahorrar agua son las torres de refrigeración de los edificios. En Singapur, son responsables de más del 30% del consumo de agua de rascacielos y centros comerciales, mientras que en las industrias el consumo de esatss torre de refrigeración es del 25% del total, al que hay que sumar la mejora de eficiencia en los procesos industriales en las enormes refinerías y plantas químicas existentes. Lo que el contrato exige al adjudicatario es una solución tecnológica que reduzca pueda lograr una reducción de al menos 300 m³/día o ahorre un 5% en el consumo de agua. Ya hay tecnologías mplantadas en Singapur que lo consiguen, pero casi nadie imita a los pocos que lo hacen. Ahora se pretende que con incentivos económicos públicos se apunten más empresas a usar el agua de manera más eficiente.
El tercer proyecto está destinado a aumentar el uso de los análisis de datos, porque en el potentísimo sector privado singapurense, muy pocas empresas analíticas están trabajando con las empresas de servicios públicos en la aplicación de Big Data para optimizar la eficiencia del uso del agua, aunque el análisis de datos también se utilice para mejorar las operaciones de organización de la PUB.
Los tres proyectos hacen converger tecnologías ya experimentadas con éxito en otros países, como por ejemplo en Holanda con el Anammox, de la Universidad de Tecnología de Delft que se utiliza en varias plantas de tratamiento de agua en los Países Bajos. Aunque cierto es que se aplican en países de elevado nivel de vida… ¡agua buena y dinero siempre unidos, canastos!
Como dinero hay, Singapur se ha convertido en uno de los primeros países en incorporar el uso de nuevas tecnologías en su política de gestión de la demanda de agua con el objetivo único de disponer de agua limpia producida con menos energía y menos costos ambientales.
El futuro del agua depende tanto de la buena gestión como de la tecnología. Hay que invertir en desarrollar tecnologías de eficiencia y aplicarlas en la creación de políticas de eficiencia de agua. Singapur es un ejemplo, pero exportarlo a Etiopía o al Sahel es más complicado porque los salarios medios de los que pagan no se parecen en nada a los suyos. Ahí está la clave para el futuro del agua.
Lorenzo Correa
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