En el río no solo hay simpáticos pececillos que nos alegran la vista con sus colores y acuden a nuestros anzuelos para ayudarnos a batir récords , fotografiarse con el ufano pescador o proporcionarnos un opíparo banquete.

También hay ríos poblados de saurópsidos, reptiles de gran tamaño,  cabeza ancha, aplanada y de forma triangular, con fuertes mandíbulas armadas con dientes muy agudos que se abren con los maxilares.

A los cocodrilos, maletas que viajan por su cuenta, como escribió Ramón, les gusta yacer en la zona de servidumbre (la ley se lo permite, si no se quedan a vivir en ella ni erigen vivienda), porque al  estar siempre en pleno concurso de bostezos, no hay lugar más apacible.

Qué mejor lugar para estirarse un poco y bostezar, hasta apetece llegar al límite de la zona de flujo preferente… Por si acaso, cuando pasen por ella, no dejen de hacer caso a las señales.

Lorenzo Correa

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