Si el fin de la modernidad supuso a mediados del siglo pasado la irrupción de la sociedad postmoderna, hubo quien aún dio un paso más  y llegó la  postvanguardia, movimiento al que perteneció nuestra poetisa del agua de hoy, la peruana Blanca Varela.  Nos presta un poema que canta la firmeza de una nube torturada, esa tortura que a su autora llevó a romper también con la postvanguardia, pasando del existencialismo al surrealismo.

Influida por Vallejo, Arguedas y sobre todo por Octavio Paz, la poesía de Varela fue transitando mansamente, como el agua que la nube deja ir, desde la esperanza a la zozobra, al escepticismo y al nihilismo, para acabar en el desgarramiento metafísico, «como una gota pura preñada de su propia existencia«.

Degustemos la poesía de esta gran escritora peruana…aquella torturada nube parecía tan firme…

Lorenzo Correa

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