Uruguay  aporta a nuestra sección poética a uno de sus mejores literatos contemporáneos, Eduardo Galeano. Editor, periodista y poeta, siempre cercano a manifestar su rechazo a la pobreza, a la miseria moral y a la material. Hizo de todo, desde documentales a análisis político e histórico. Pero aquí resaltamos la poesía del agua y por eso le pedimos prestado un poema corto, un cuento poético sobre el mar. En muy pocas líneas, nos explica magistralmente que ver es no ver lo que nos mira. Aquí nos mira el mar, que es agua a la que va el ojo como una saeta que la penetra y la conquista

Ver es no ver lo que nos mira. Eso hace el niño del poema cuando mira el mar y se sorprende de comprobar como la mirada trasciende a su cuerpo y le hace formar parte de algo inconmesurable. Y se asusta, porque el agua le envía de vuelta el dardo luminoso que le absorbe.

El niño que miraba al mar, se nota mirado por su agua, por ese agua rutilante y se asusta aún más cuando comprueba que todo lo que brilla, ve.

Solo el amor puede evitarle ser absorbido y por eso pide auxilio a su padre, para que le ayude a desprenderse del mar  y así poder admirarlo desde un punto intermedio, el que su padre le enseña para tranquilizarle. Maravillosa metáfora de Galeano, que nos auxilia a conocer cuál es el lugar exacto desde el que debemos contemplar el mar, nuestro futuro, sin absorberlo ni ser abosorbidos por él. El futuro del agua

Lorenzo Correa

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