Es curioso que los seres humanos puedan rediseñar ríos a voluntad para convertirlos en escenarios idílicos y tranquilos donde otros humanos que pagan por acceder, puedan «disfrutar de la naturaleza» sin saber  o sin importarles que de natural tengan poco. Parecen naturales y a muchos les basta , pero solo son el decorado de una película cuyo guión estipula que nunca pase nada, porque si la naturaleza se enfada y pasa, el escenario desaparece en muy poco tiempo, junto con los actores que no sepan correr bastante para salir de escena antes de que sea demasiado tarde.

Vean el Frío River en Concan, Texas. Con tan solo un modesto azud, se genera un espejo de agua suficiente para permitir disfrutar, según reza la propaganda del establecimiento que nos llama a visitarlo de : «cool rivers, clear water lakes, hot honky tonks, scenic trail rides, small town charm and is home to the friendliest people on earth. True Texas».

Y es que a veces lo artificial también es bonito y agradable e invita al relax. Siempre que lo veamos hacia aguas arriba, porque hacia aguas abajo, ya no es tan «cool»

Se pueden hacer muchas cosas transformando ríos, hasta parques de atracciones:

 

Lorenzo Correa

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