Si nos fijamos en la foto de portada de nuestro río humano de hoy, advertiremos que el río ve al puente de otra forma, porque lo hace desde una perspectiva que pocos humanos conocen salvo en ríos navegables o en aquellos en los que es posible nadar y admirar el paisaje. Pero el río siempre los ve o  bien reflejándose al revés en sus aguas o bien  luciendo sus tripas, enseñando sus miserias allá donde las estructura recibe menos mantenimiento estético   y donde las fisuras que no son peligrosas permanecen en el tiempo.

Dediquemos ahora algo de tiempo a ponernos en el  lugar del río, en verlo todo desde su perspectiva, dejándonos llevar por su mansa corriente en decúbito supino. Veremos cosas sorprendentes  y muy diferentes de lo habitual.

Mirando así , ya no podremos decir que el río cree que el puente es un castillo. Deberemos enfocarlo desde la perspectiva con la que fue tomada la foto de más abajo para convencernos de que realmente lo es. Veremos ese puente como un emblema de los avances constructivos y la modernidad que surcan  las aguas del río  Miño a su paso por Orense.

 

Lorenzo Correa

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