Con los olores del sol  y el rumor del viento de la bahía de Cádiz, nos viene hoy a regalar un poema de lluvia un poeta “raro” y gaditano, Carlos Edmundo de Ory, de quien se dice que fue poeta desde pequeño , cumpliendo así la predicción que su progenitor, el escritor modernista Eduardo de Ory le anticipó por escrito :

Tú serás poeta,

poeta preclaro…

¡serás… mi obra magna

y mi mejor lauro!

Cuando el viento de la posguerra se le hizo insoportable, dejó Cádiz por Francia de donde jamás regresó y allí culminó su obra con efluvios de heterodoxia. Ory  siempre huyó de escuelas y corrientes, jamás quiso a su lado discípulos ni aduladores, fue un radical firme y convencido, un rebelde que proclamó siempre que “no hay cualidad más profunda que la de no saber hacer sufrir”

Fundador junto a Silvano Sernesi del Postismo, que recogió la herencia de las vanguardias, aplicó siempre a su persona y a su obra la visión lúdica de la vida.

Deleitémonos con su poema “Invierno”, con la lluvia como aparente protagonista, aunque es el silencio quien realmente se moja.

Si me fumo, me fumo hasta el humo / Si me hundo me Carlos Edmundo.

 

Lorenzo Correa

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