Se asoma a nuestra ventana poética de los miércoles una poetisa malagueña contemporánea, con un poema dedicado al mar que divisa cada día desde su casa cercana al puerto de Málaga y siempre que puede desde el cielo, pues no en vano tiene el honor de ser la primera mujer que pilotó un avión en Málaga. Se trata de María Victoria Atencia (1931), galardonada el año 2014 con el XXIII Premio de Poesía Iberoamericana Reina Sofía, una seguidora poética de Eliot y de Hopkins y discípula del también poeta malagueño Alfonso Canales, amiga del Nobel Vicente Aleixandre, de Jorge Guillén y claro, de María Zambrano
La poesía de María Victoria es tan sencilla como refinada. Sus poemas, como el que hoy proyectamos sobre las tranquilas aguas del puerto de Málaga con la catedral al fondo, suelen ser breves y memorables. Por eso Guillén la definió como “serenísima”, y ése es su perfil principal, que contiene sin embargo en su interior toda la vida humana.
Disfruten leyendo y sintiendo el poema “Mar” de una poetisa a la que se conoce como la Emily Dickinson española por su elaborada poesía de alta integridad artesanal, lírica excepcional, naturalista y apasionada. Sentémonos con nuestro sueño a ver pasar el agua.
Lorenzo Correa
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