Borges, el fantasma de la sequía y la reutilización


Parece que el fantasma de  la sequía vuelve a insinuar su inquietante presencia en la España preotoñal del año 2016, como lo hizo en Panamá durante la seca estación húmeda del año 2015, generando los carteles que pueden ver en la imagen que encabeza este post. Ya saben, todo está escrito. Y cada vez que se insinúa, salen a la palestra las soluciones «no convencionales», entre las que ya destaca y comienza a disfrutar de una bien ganada fama la reutilización. Asociaciones potentes con directivos de postín en el gremio acuático tiene en España la reutilización y así se va  haciendo cada vez más familiar a los oídos de los «clientes» y de las administraciones, que van destinando lo que pueden de sus magros presupuestos a pruebas piloto, actuaciones conveniadas y organización de seminarios, cursos y congresos para divulgar sus bondades y dar a conocer sus virtudes.. Pero, ¿nos creemos las virtudes que nos cuentan quienes la ensalzan y recomiendan?, ¿confiamos en ella ?

Ya es conocido por todos los que se interesan por la gestión del agua que la viabilidad de la reutilización depende de múltiples factores: el más importante, es el de las condiciones de contorno, pues de ellas depende alcanzar un justo equilibrio entre costes y beneficios. Porque la reutilización es costosa.

Enumeremos la lista de beneficios :

  • Disponer de  agua dulce que antes se destinaba a usos urbanos o industriales, supone una reducción del coste para los  gestores del sistema, además de un respiro para el medio del que se hubiera extraído el agua
  • Evitar el vertido de aguas residuales sin tratar en el mar y su infiltración en acuíferos, con el consiguiente alivio para el turismo y el medio receptor.
  • Reducir  la extracción de aguas subterráneas  y utilizar los nutrientes que lleva el agua residual en lugar de  los fertilizantes al uso
  • Reducir los vertidos al medio, aunque su eliminación total podría ser perjudicial aguas abajo del punto de derivación al no circular ningún caudal

Y los costes:

  • Adecuación de las depuradoras para producir el efluente cualitativamente necesario.
  • Ampliación o modificación de las redes de distribución de agua potable y  de agua regenerada
  • Mantenimiento y operación del tratamiento
  • Restricciones de uso para el riego de determinados cultivos

Alcanzaremos el equilibrio allá donde puedan ubicarse balsas de estabilización y wetlands, aunque terrenos de dimensiones adecuadas sean cada día más difíciles de encontrar por el elevado grado de urbanización de los terrenos cercanos a la costa y a las grandes ciudades.

Reduciremos costes si es posible producir y reutilizar biogás para generación de energía y electricidad en los procesos de tratamiento intensivos, o vender bonos de carbono.

La realidad en España  y países de su entorno es que es poco probable que este equilibrio se alcance considerando solo la agricultura. A pesar de que los agricultores pueden ser beneficiarios netos gracias al uso de aguas residuales tratadas, en comparación con sus fuentes de agua anteriores o alternativas, esto depende mucho de las circunstancias locales y en todo caso es posible que sus beneficios netos no compensen los costos totales del sistema. Por otro lado, los beneficios para los usuarios urbanos e industriales podrían ser relativamente considerables y en muchos casos serían la justificación principal del proyecto. El impacto neto del proyecto en el medio ambiente local y aguas abajo también será muy específico según el lugar.

Esta realidad, que difícilmente genera confianza por ahora, sí que refuerza nuestras convicciones deconstructivas del discurso imperante y nos anima a cruzar datos y volver a escribir sobre la literatura de la reutilización y sobre los capítulos que podrían completar lo mucho ya escrito sobre ella para conseguir avances significativos en la generación de confianza en el cliente.

Aclarando la mención a  Borges que encabeza este post,  recordemos  que él afirmaba que la literatura era un sueño dirigido. Por eso, como Borges no puede equivocarse, nos preguntamos: ¿Es la reutilización un sueño dirigido?

Sabido es que “soñar” no exige compromiso (que es obligación que alguien contrae) y que sin compromiso es difícil hacer realidad nada, ni siquiera un sueño. En futurodelagua.com preferimos proclamar la afirmación de que la reutilización es un reto, que sí exige compromiso. Compromiso de definir niveles de calidad adecuados a los usos planificados o previstos, de implementar los procesos de tratamiento de las aguas para alcanzar los límites de calidad exigidos para cada uso, de armonizar y aclarar el entramado legal que la soporta . Y de aplicar los recursos regenerados como complementarios a otros, para que colaboren en conseguir un aumento de las garantías de uso (privativo y ambiental), cuando los recursos naturales escaseen en lugares susceptibles de desequilibrio en sus balances hídricos, enviando un mensaje claro, conciso y directo, basado en juicios fundados que permitan al cliente y a la administración controladora tener las ideas claras y adoptar las decisiones oportunas, desvaneciendo la niebla que actualmente invade todo lo relacionado con la gestión del agua e general y con la reutilización en particular

La realización de ese compromiso, ¿depende solo de la exposición de los avances tecnológicos, de las aportaciones de la ciencia? Parece a muchos que sí, aunque a algunos no nos lo parezca y en este disentimiento queremos basar lo que se escriba a partir de ahora, porque adivinamos en el camino un obstáculo tan enorme como invisible para muchos, que dificulta la viabilidad futura de la reutilización:  la respuesta de rechazo que provoca el usar aguas regeneradas (es caro, no está controlado totalmente por el beneficiario y hay una cierta aprensión a consumir productos regados con esas aguas). Es necesario trabajar duro en definir la forma de seducir al cliente con argumentos diversos y complementarios, científicos, legales… y de otro tipo, para vencer su resistencia basada, no en el conocimiento del experto sino en creencias y valores, visiones de la realidad difíciles de modificar “solo” con esos argumentos que además, no todos serán favorables:.

Argumentos de los defensores,

  • la ciencia garantiza que las aguas residuales urbanas regeneradas adecuadamente con calidad físico química y sanitaria adecuada, son perfectamente utilizables para usos agrícolas y riego de campos de golf, parques, jardines y baldeo de calles. Es decir en usos no potables
  • la ley regula esa reutilización por Real decreto y establece el régimen jurídico de uso.

De los detractores,

  • la calidad actual de muchas masas de aguas superficiales obliga a aplicar tratamientos de alta tecnología y demostrar que sabemos convertir caudales circulantes con enormes carencias cualitativas en agua potable de calidad; mejorar la calidad es importante pero no aporta nuevos recursos, sino que aumenta las pérdidas por tratamiento.
  • lo que la ciencia posibilita y la ley regula exige al usuario realizar un esfuerzo en la construcción, mantenimiento amortización y control en continuo de instalaciones de saneamiento para aprovechar este recurso. Ello tiene un coste que depende de la elección en cada caso del mejor proceso y la mejor técnica disponible, pero que exige la implementación de programas de seguimiento coordinados con I+D+I ¿Quién paga?
  • Muchos clientes potenciales recelan de usar estas aguas que no tienen “buena prensa” entre los destinatarios de sus productos.

Con estas premisas de partida sabremos mejor cómo generar confianza en el uso de estas aguas regeneradas en el cliente directo (regante, industrial, municipio) y en el indirecto (consumidor final y usuario lúdico).

La  cuestión de la confianza es clave, al menos nosotros la llevamos como emblema en nuestro blog, porque sin trabajar en este ámbito, vemos complicado que las tesis de los defensores de la reutilización lleguen a buen puerto (o sea, que consigan que el cliente compre el producto a precio de mercado convencido de que es lo mejor que puede comprar)

Reutliizar no es solo literatura, sueño dirigido, sino que es una decisión de la política hidráulica. Releyendo lo mencionado más arriba, parece que por ahí no se genera confianza en el cliente, que con las cosas así no se seduce ni a una farola, por mucho que la ciencia avance y los californianos se salgan del mapa reutilizando y propagando sus avances, aunque en su plan hidrológico continúen apostando por hacer más embalses, con el objetivo de aumentar en 490 hm³ la capacidad de embalse de la cuenca del río Colorado

En fin, habrá que esperar al otoño para saber si la sequía era solo un fantasma, porque ya sabemos qué poco mueven los fantasmas en estos aspectos. Y para comprobar que  de una vez por todas, con o sin fantasmas, comienza a moverse algo a favor de la deconstrucción del discurso acuático, tomando y explicando decisiones con transparencia y pragmatismo, teniendo en cuenta las emociones, las creencias y los valores cuando se quiere vender “algo” en el mundo de la gestión del agua, en suma, a comenzar a generar confianza mediante la seducción.

Para avanzar en el cambio del paradigma de la construcción de sueños dirigidos que acaban en meras declaraciones de intenciones al del compromiso que nos permita pasar de la literatura, o de las palabras, a los hechos.

Lorenzo Correa

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