Detenemos hoy miércoles nuestro semanal viaje de ida y vuelta al mundo hidropoético de habla hispana en Guatemala, para acoger la lírica acuática de un premio Nobel, de Miguel Ángel Asturias. No es muy conocida su obra poética, ensombrecida por la enorme masa crítica de su conocidísima y celebradísima producción en prosa, vertida en sus novelas. Y sin embargo, su sensibilidad poética impregna toda su obra literaria.
La poesía de Asturias es una descarga de sus sentimientos más profundos, que le estructuraron como autor: el amor hacia la humanidad y en concreto hacia su inspiradora etnia maya-quiché, junto con el amor por la libertad y la justicia son dos guías que conducen continuamente su verso. Cuando le guían por senderos de lucha, produce una voz bronca; cuando van hacia la ternura, arranca dulces sonidos para el ser amado. Hoy, aquí traemos al guía tierno, a los sonidos que hacen a cada gota de agua devolver un torrente
Poesía sobre el amor, poesía enamorada. El agua que da, la tierra que recibe y llena las alforjas cuando las semillas, mediante el agua se convierten en frutos. Dar y recibir. Meditemos leyendo a Asturias sobre lo que el agua nos da, sobre cómo lo recibimos y sobre cómo tratamos el fruto que llena nuestras alforjas y las de los demás con lo recibido.
En ese trato está el futurodelagua.com, que será mejor cuanto mejor sepamos recibir lo que el agua nos da.
Lorenzo Correa
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