Tras haber recibido la visita poética en nuestro blog de dos hidropoetas tan importantes como Octavio Paz y Vicente Huidobro, en esta semana tan panameña, tan americana, con el nuevo juego de esclusas del Canal de Panamá a cuatro días de entrar en servicio, volvemos a América para invitar a la formidable hidropoetisa cubana Dulce María Loynaz, con su poema “Agua escondida”.
Octavio Paz afirmaba que “La razón crítica despobló al cielo y al infierno, pero los espíritus regresaron a la tierra, al aire, al fuego y al agua: regresaron al cuerpo de los hombres y las mujeres. Ese regreso se llama romanticismo. Sensibilidad y pasión son los nombres del animal plural que habita las rocas, las nubes, los ríos y los cuerpos. El culto a la sensibilidad y la pasión es un culto polémico en el que se despliega un tema dual: la exaltación de la naturaleza es tanto una crítica moral y política de la civilización como la afirmación de un tiempo anterior a la historia”.
Si Huidobro nos insinúa el agua, Paz la pone de manifiesto y Loynaz se apropia definitivamente de ella. Todo empezó con Tales de Mileto, quien retiene el agua, para que después Empédocles agregue el aire, la tierra y el fuego, para proclamar así que eran cuatro los elementos realmente existentes. Pero las cosas no tienen un ser estático, sino dinámico, como descubre Heráclito quien aprovecha también el agua en su famosa imagen del río. Y desde entonces, el agua nutre al poema . Dulce María Loynaz es poetisa del agua, de lo que se escurre, de lo que se va. Por eso escribe en 1947 un libro dedicado a ella, “Juegos de agua. Versos del agua y del amor», del que hoy extractamos el poema “Agua escondida” .
El agua fluye de la fuente, de un surtidor constante y es el pretexto que va conformando la totalidad del texto lírico. Agua de manantial, agua que corre y a la vez todo lo sostiene. Les dejo con Dulce María: «El agua del río va huyendo de sí misma. Tiene miedo de eternidad»
Lorenzo Correa
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Preciosa poesía, siendo homenajeada el agua, nuestra reina vital…saludos Lorenzo…
Loor a las damas del agua:
El elemento agua, aunque gobernado por las ondinas, es el habitat de muchas otras criaturas mágicas. La gran mayoría de ellas, de género femenino, son afines a los atardeceres, el otoño, la plata, el mercurio y la energía receptiva.
Por lo general, estos seres del agua son bellos y benévolos. Sin embargo, las que viven en lagos y mares suelen ser menos afables que las asociadas a ríos y arroyos.
Para todas ellas, nuestra poesía: Ninfas, Sirenas, Nereidas, Náyades, Ondinas y Duendes del Agua.
Gracias, Dulce María y gracias Berkanaluz