En este miércoles poético que ya anuncia la llegada de la primavera al hemisferio norte, nadie mejor que el gran poeta Pedro Salinas, poeta mayor de generación del 27, para contarnos su metáfora del agua. Los cimientos de la poesía de Salinas son la autenticidad, la belleza y el ingenio.
En su poema “El agua que está en la alberca”, construye una bellísima imagen lírica que nos lleva a un mundo onírico en el que se funden el amor y la magia, la ternura y la sencillez, para describir los amores imposibles del agua. Que el alma del chopo tiembla dentro del alma del agua.
Chopo y agua son naturaleza viva, sensible y emocionada. El agua clara, serena e inmóvil de la alberca está esperando su futuro, con emoción. Aunque con la llegada del otoño (siempre acaba llegando el otoño), el viento se interponga y empañe la claridad de las aguas… aunque las inquietudes del árbol en la alberca se confundan con las inquietudes de agua.
Pero, con la llegada del buen tiempo (siempre acaba llegando el buen tiempo), el agua volverá a recibir el abrazo aterciopelado de su amado silencioso.
Gocemos de lo que Salinas consigue experesar, trascendiendo del paisaje para bucear en busca de la verdadera esencia de las cosas: su alma, su sentimiento. La seducción del futurodelagua que perseguimos, va por ahí
Lorenzo Correa
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