El futuro del agua en Panamá: Ahora o nunca


Leemos en “La Prensa” de Panamá del pasado 18 de enero un interesantísimo artículo de Rodrigo Noriega en el que explica con conocimiento de causa y rigor las claves del futuro del agua en Panamá. Como nosotros también hemos escrito durante el año 2015 varios posts en nuestro blog sobre tan apasionante tema, queremos unirnos a coro con Rodrigo para reforzar su voz, no sin antes felicitarle por tan completo trabajo. Ahora o nunca

 

Noriega nos habla desde el corazón y con la razón del Lago Bayano y nos dice que ahí está la solución  y el problema a los problemas hídricos de Panamá para el presente siglo. El problema es que los usos hidroléctricos de generación de energía limpia por renovable estén en manos privadas. La prioridad sería en este caso,  la de la generación hidroeléctrica y no la del abastecimiento a la población. La solución de Rodrigo sería la gran potabilizadora, que supondría un cambio de prioridad, ganando la de abastecimiento (pública), sobre la productora de energía (privada). Interesante aportación, de impecable factura. El problema es que deja el futuro solo en manos de los políticos y en cualquier caso genera tensiones entre unos y otros defensores de cada solución. La solución…

 

Desde futurodelagua.com siempre hemos abogado por una gestión sin tensiones, es decir “seductora”. En este blog están todos los detalles, si es que les interesan.

Y hemos escrito sobre nuestro modelo de gestión seductora en Panamá, que a nuestro juicio, debe ser una gestión del agua no “convencional”, es decir que no abogue por una única solución, sino por varias complementarias y no convencionales en buena parte. Aquello de “no poner todos los huevos en el mismo cesto”, ya saben.

Por ello, como complemento y simpre desde el respeto que nos produce el inteligente planteamiento y el reto planteado por Rodrigo, echamos nuestro cuarto a espadas y decimos:

Si la “fábrica del agua” de Panamá, está en la cuenca atlántica de Colón, esto no  debería querer decir que hay que ir a buscar allí toda el agua para llevarla a los grandes centros de consumo de la cuenca pacífica, sino que hay que definir una solución que aumente la garantía de abastecimiento donde no la hay…sin afectar al patrimonio hídrico (fauna, flora, paisaje y paisanaje de la cuenca cedente). Por ello, bienvenida sea la apuesta de Noriega por la cuenca pacífica, aunque con la matización importante de que hay más soluciones complementarias que reparten el riesgo en caso de sequía, fallo estructural u operativo  y afección a terceros y al medio ambiente y aumentan por ello  la garantía sin afectar a los ecosistemas

Julia Guardia, directora general del IDAAN, dijo en su día: “se ha llegado al punto en el que tenemos que tomar conciencia de lo que vale el agua”. Nosotros lo interpretamos como que el agua es costosa, es decir que cuesta mucho  poder tenerla en casa en el campo, en el canal o en la industria en perfectas condiciones cualitativas, con la cantidad suficiente para todos los usuarios y sin afectar  a los ecosistemas. Esto último quiere decir que no toda el agua de las cuencas atlánticas ni de las pacíficas se puede ir al mar, sino que una parte se debe quedar en la cuenca.

Es decir que toda el agua cuantificada no puede ser derivada. Y eso, repetimos y repetiremos hasta la saciedad, hay que pagarlo, porque vale dinero. Por lo tanto la solución definitiva no puede ser solo técnica, sino que  también hay que dejar bien claro el coste y QUIEN LO TIENE QUE PAGAR. Para eso, entre otras cosas, sirven los procesos de participación. Si las cosas se hacen así, se generará confianza en la solución y será más fácil que quien tenga que pagar, pague. Si no, se generará desconfianza y tendremos una magnífica solución técnica sin dotación económica. O sea, un fracaso.

El administrador de la ACP, Jorge Luis Quijano, ha dicho : “no se puede pretender seguir sacando agua de los lagos Gatún y Alhajuela, que proveen del servicio a más del 55% de la población del país; es decir, 1.9 millones de habitantes y permitir las operaciones del Canal, creyendo que esa es una fuente infinita”.  Otro dato a favor de la solución Noriega. Nosotros las interpretamos también como que hay que buscar soluciones alternativas de suministro renovables, como es la reutilización de aguas depuradas, la infiltración en acuíferos, el ahorro industrial, agrícola y personal en el consumo y… ¿por qué no? pensar en la desalobración y en la desalinización, que en Panamá sí sobra agua…pero salada, pues mares no faltan.

 

No miremos solo a los ríos  ya los lagos, mirémonos también a nosotros, porque también somos parte del problema, ya que cada vez somos más, aquí y en todo el mundo. Pocos dicen que otra causa del problema de la gestión del agua es la superpoblación…por eso el ahorro personal es ineludible. Nosotros sí lo decimos. Es posible generar energía eléctrica y tener agua para el abastecimiento, para el riego, para el ganado, para la industria y para los ecosistemas. No es fácil, hay que buscar otros caminos, cambiar el punto de observación, salir de la zona de confort de la queja, del reclamo improductivo y del echarle la culpa a los demás. El agua no  es sólo un recurso. Es además un patrimonio que debemos legar a nuestros descendientes igual o mejor que lo recibimos de nuestros antepasados. No por economía ni por política: por ética. El mantenimiento del agua como conector de la vida, de la economía, de la emoción, exige convivencia, solidaridad, respeto y adaptación al medio. Quien gestiona el agua debe generar confianza en quien la usa y en quien la disfruta. Ese es el primer paso hacia la seducción.

El Niño es cíclico y a veces terrible, pero pasa. Lo importante es que cuando vuelva, no nos coja como ahora, sino preparados, organizados e informados de lo que hay que hacer y de quien lo va a pagar.

 

Los tres canales
Construcción del Canal de Panamá, Cúpula de la Casa de la ACP

SOLUCIONES PLANTEADAS

Desde el sentido común (que casi siempre es el menos común de los sentidos), se diría que la solución es guardar el  agua de lluvia en algún sitio (embalses) y conectar los lugares de consumo con los lugares de almacenamiento (trasvases). Para los que vivimos en España, esa fue la solución adoptada en los años veinte del siglo pasado. Ya conocemos sus aspectos positivos y negativos, lo que quiere decir que no todos son positivos. Se puede aprender de esta experiencia y comenzar a pensar en medidas alternativas a esta tan  “antigua” que la complementen, no que la sustituyan.

Las reiteramos: reutilización (para que funcione hay que tener un parque enorme de depuradoras de aguas residuales urbanas que funcionen bien… ES caro), la desalinización de agua marina y salobre ( ES caro), la eficiencia en el riego con cultivos adecuados al clima y redes impermeables, el incremento en la utilización del agua subterránea y la conciencia de ahorro en la población y la mayor eficiencia en redes urbanas que pierden demasiado. En este capítulo habrá que invertir para resolver la  insuficiente cobertura de la micromedición (solo llega a un 52%), eliminar el pago de mínimos de consumo, lo que fomenta el despilfarro, resolver las altas presiones en algunos sectores de la red e implementar una tarifa realista con los costes del servicio. Y el que use el agua para su beneficio, que pague al gestor público lo que corresponda.

Sí, ya sabemos que es caro, pero hay quien dice que el agua más cara es la que no existe.

Desde futurodelagua.com creemos firmemente que en Panamá (como en la mayoría de los países del mundo), ha llegado el momento histórico de definir cuáles son los objetivos a alcanzar en los próximos 15 años. Estamos convencidos de que se definirán integrando calidad y cantidad, porque sin calidad no hay cantidad, escuchando a todos (también a los seres vivos no humanos que no hablan ni votan) y explicando con claridad que el agua es costosa y que una buena gestión exige una definición de cuánto cuesta, quien lo paga y para qué se paga. Y calculando los costes ambientales de las medidas de gestión a implementar para que los ríos y el mar sigan teniendo vida, para restaurar lo que ya se deterioró y preservar lo que aún no. Y haciendo pagar y restaurar lo que estropea  al que contamina y pagar en función de su beneficio a quien usa con fines lucrativos.

Porque cuidar el patrimonio es deber ético y es imprescindible para la supervivencia. Y exige convivencia, diálogo, escucha activa Y tiene un coste. Porque en el siglo XXI las soluciones para una buena gestión del agua deben ser técnicamente factibles, económicamente viables (hasta ahí los científicos y técnicos tienen su campo competencial claro) y SOCIALMENTE ACEPTABLES (y aquí entramos de lleno en competencias emocionales…a la gestión por la seducción, que es nuestro lema).

Sequía, El Niño…

No hay mal que por bien no venga.

Adelante Rodrigo, adelante Panamá

Lorenzo Correa

En futurodelagua.com compartimos ideas, opiniones, debates y noticias sobre el futuro de la gestión del agua desde la perspectiva del coaching.

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