Seguimos con interés el debate que se desarrolla en la red, en los periódicos y allá donde se habla sobre la gestión futura del agua, sobre la bondad o maldad de la privatización de la gestión de los servicios del ciclo del agua. Los esforzados participantes, a los que es de agradecer su vehemencia en la defensa de sus posiciones y el conocimiento del asunto derivado de su experiencia, han ido definiendo los márgenes del debate, tan actual como apasionante, a veces difusos, siempre discutibles, pero imprescindibles de fijar con la máxima claridad posible. Nuestra contribución, se reduce solo a consensuar la definición de un objetivo común y trazar el camino más adecuado, identificando los obstáculos a sortear. Y en ello estamos en este blog, en el camino de la seducción.
Los seguidores de Joaquín Sabina, seguro que recuerdan el inicio de la canción dedicada a definir y catalogar a los héroes y a los canallas:
Aprender a reírse torvamente, a mirar de reojo en los bautizos, a negar el asiento a las señoras, a orinar dibujando circulitos…
Sabina define así al aprendiz de canalla ¿o de héroe?
Para nosotros, la gestión más eficiente y eficaz de las redes de abastecimiento y saneamiento, depende de las circunstancias… y de las personas que la lideren, como todo en esta vida. No es tan fácil decantarse por una u otra opción sin tener en cuenta los detalles particulares de cada caso.
Sí debería serlo el darse cuenta de que la queja reiterada de los expertos nada casi siempre en la ambigüedad al señalar culpables (“políticos”, “gobernantes”, “altos ejecutivos”, “la gente de este país”, “la democracia”…) y que en el fondo esta queja tan amarga, esconde un problema de confianza en quien decide y en quienes se dejan llevar por esa decisión.
Unos abogan por buscar los mejores políticos y los mejores técnicos que realmente crean en el servicio al público y pongan el bien común por encima de sus propios intereses.
Otros exigen una mayor participación y control social de las instituciones, para que la gestión del agua (sea mediante empresas privadas, mixtas o mediante recursos propios de la administración) sea justa y sostenible.
Notamos que la percepción general de los expertos es la de que tenemos un problema de liderazgo y de equipo y que solo “todos nosotros” lo podremos resolver, actuando.
Se busca un héroe que levante la antorcha e inicie el camino. ¿Se invoca al héroe… en la acepción de Carlyle en su libro “Los héroes y el culto heroico” (1840)?
Carlyle oponía lo espiritual frente a lo material, y la fuerza de la voluntad humana frente al mecanicismo de las fuerzas económicas. Criticaba el duro utilitarismo de su tiempo, que sacrificaba todo al lucro económico. Ensalzaba la fuerza creativa del hombre, de su fantasía y de su inconmensurable voluntad. Mantuvo una actitud desafiante hacia su época, que en su opinión ignoraba el espíritu y corrompía la personalidad. En un momento en que se pretendía anonadar al hombre y convertirlo en una máquina, Carlyle defendió la tesis de que todo lo importante que se ha hecho en la historia ha sido motivado por la acción de grandes hombres, los héroes.
Consideraba la historia como producto de personalidades excepcionales y enérgicas: “Héroe es aquél que vive dentro de la esfera íntima de las cosas, en lo verdadero, en lo divino, en lo eterno, en lo invisible a la mayoría, pero cuya existencia es perenne, aunque sólo sean patentes sus triviales manifestaciones. En eso reside la esencia del héroe, y él lo hace público por obra o de palabra, o como mejor juzgue declararse al mundo. La potestad única del hombre más apto supone también que éste colocará a todos los hombres aptos del país en el puesto adecuado y jerarquía debida; de lo contrario no sería él el hombre más apto ni siquiera hombre apto”
Ese es el reto también en la gestión del agua, el de la aptitud del que toma decisiones (democráticamente elegido y por ello removible) y de su equipo. Los líderes del agua deben demostrar que son los más aptos y que sus equipos también lo son. Los expertos deben “examinarles” en continuo obligándoles a explicar hacia donde van y facilitando el viaje aportando su sabiduría para sortear los obstáculos. Este consenso es básico para que el elector, que es el cliente de la red, adquiera confianza y la gestión sea, pública o privada, confiable.
Nuestra propuesta es pasar (como los héroes Galileo, Kepler y Newton hicieron en el pasado) del ¿por qué? al ¿cómo?, avanzar, en la estela del título del famoso libro de Roberto Montero Glez, tras la “huella jonda del héroe”
“Le dije que sus personajes se miran en un espejo roto a través de un camino que no viene en los mapas, un camino que tal vez viene marcado en la palma de la mano y que pocas veces nos paramos a leer”.
¿Nos paramos y comenzamos a leerlo?
futurodelagua.com pretende deconstruir el discurso dominante de la gestión del agua desde la ontología del lenguaje, disciplina base del coaching ontológico, especialización del autor.
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