Se inaugura el parque eólico de Penonomé y eso es una gran noticia para la gestión futura del agua, porque Panamá podrá derivar menos agua de sus ríos y lagos para producir energía eléctrica. Aquí ya no penará tanto Nomé.
La mejor manera de ahorrar agua es no gastarla. Y en Panamá, un gran volumen de agua almacenada en embalses se destina a la producción de energía eléctrica en centrales hidráulicas. Energía limpia y renovable, sí… pero cuando llega la época seca el agua es necesaria para el abastecimiento humano, para el riego, para el ganado, para la tierra…y para el Canal, claro. Sustituir el agua por otra fuente de energía también renovable, como es el viento, es una gran noticia para todos.
Hasta ahora, el uso prioritario del agua en Panamá, después del abastecimiento pero muy cerca, es el destinado al funcionamiento de unas esclusas del Canal que cada vez (con la ampliación), demandan más agua todos los días del año.
La operación de las esclusas incide, obviamente, en la generación o no de energía hidroeléctrica, imprescindible para un país que no tenía hasta ahora otro recurso energético autóctono y renovable para generar electricidad que la turbinación del agua de los lagos que alimentan el Canal. Además, hay que asegurar las cosechas y el ganado. Y la población y su nivel de vida ha aumentado de forma exponencial en las últimas décadas, lo que supone un enorme incremento de caudales destinados a usos domésticos en un país muy caluroso todo el año. Por su parte, los acuíferos están empezando a ser sobreexplotados. Y la protección del medio hídrico (fauna, flora, riberas)… ha llegado la inexorable hora (como a todos los países que evolucionan en calidad de vida), de comenzar a proteger los ecosistemas hídricos, lo que supone dejar de derivar agua que está en el sistema natural, pero que no podemos usar para nosotros. Para acabar, hay una falta de conciencia lógica en la población de la necesidad de ahorro, puesto que hasta hace poco “sobraba” el agua.
La cifra media de 400 litros de consumo por habitante y día (con la ola de calor de junio-julio, se ha llegado a 1.200 litros) es escalofriante, a pesar de que el calor constante obliga a usar más agua que en otros países menos cálidos.
Sin olvidar que las redes de distribución son poco impermeables y muy vulnerables a impactos y cargas exteriores.
Los números del siglo XXI lo dicen todo: El 83.8% del agua de lluvia que cayó entre los años 2000 y 2014 en el país regresó al mar y no fue aprovechada; el 14% se utilizó para generar energía eléctrica, el 1.7% para el tránsito de barcos por el Canal, 0.3% para la agricultura y el 0.2% para agua potable
Pues bien, ¡un soplo de aire fresco para ese 14% de agua usada para generación hidroeléctrica!..
La Unión Eólica Panameña acaba de inaugurar el mayor parque eólico de América Central y el primero de Panamá, ubicado en la provincia central de Coclé. Y esto es una buena noticia para los gestores del agua, que ven así liberados importantes volúmenes de recurso cuando más falta hace, mediante la sustitución del agua que hace girar los álabes de una turbina por el viento que hace girar las hélices de un molino.
El parque, con más de cien molinos, genera 270 megavatios, es decir, el 7 % de la energía que demanda el mercado panameño, energía equivalente al consumo de 1000.000 hogares. Ocupa una superficie de 19.000 ha, en una de las zonas más secas del país, el Parque Eólico Penonomé cuenta con alrededor de 106 aerogeneradores. Las turbinas se han instalado en torres de 90 metros de altura y sus palas miden de 52,5 metros de longitud, con un diámetro de rotor de 109 metros.
Lo más importante para la gestión futura del agua es que aunque el parque generará energía todo el año, el 75 % se producirá entre los meses de diciembre y mayo, durante la estación seca, ya que los vientos empiezan a soplar en diciembre, cuando ésta comienza. Máxima producción cuando el recurso natural es mínimo: eso es eficiencia.
Los beneficios ambientales son también evidentes, ya que se emitirán 450.000 toneladas menos de carbono, 1.000 toneladas menos de óxido de nitrógeno y 500 toneladas menos de dióxido de azufre a la atmósfera.
Hasta ahora, Panamá contaba con una capacidad instalada de generación eléctrica de alrededor de 1.426 megavatios, de los cuales más de la mitad proviene de hidroeléctricas y el resto de plantas térmicas, según los datos oficiales. Los ríos y lagos están de enhorabuena. Los usuarios, también porque además bajarán los costes energéticos, sin olvidar que habrá más garantía de suministro aunque no llueva, evitando restricciones como las del año 2013.
Desde futurodelagua.com celebramos esta inauguración y esperamos que los vientos sean siempre constantes y favorables. Que Nomé deje de penar para siempre porque no llueva lo suficiente
futurodelagua.com pretende deconstruir el discurso dominante de la gestión del agua desde la ontología del lenguaje, disciplina base del coaching ontológico, especialización del autor.
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Felicitaciones por el artículo. El tema del buen uso del agua es de importancia mundial, es uno de los recursos que será de los más escasos en el futuro.
El desarrollo de energías alternativas debe ser más intenso como es el caso de la eólica y para su difusión se requiere optimizar la tecnología para reducir costos de producción de este tipo de energía.
Gracias Hermel. Totalmente de acuerdo. Pero para optimizar tecnologías hace falta inversión pública y privada. Quien la pagará?
Hola Lorenzo
Gracias por la atención brindada a mi comentario
Me parece que sobre el financiamiento para desarrollar tecnología, el sector privado podría desarrollar proyectos de generación eléctrica en los que se incluya el mejoramiento tecnológico y que el sector público se comprometa a receptar la energía generada para ser distribuida a los usuarios. De esta manera la inversión privada se recuperaría con el producto de la venta de energía.
Impecable argumentación Hermel. La PPP funciona a veces pero otras no. El ejemplo de la generación de energía hidroeléctrica es evidente: una energía limpia y renovable generada por un privado es comprada por la administración. A veces funcióna bien cuando se deriva menos agua del caudal medio. Pero en países comí España con ríos modestos y clima extremo se generan problemas al derivar todo el caudal circulante dejando seco el cauce en un largo tramo. Al no haber caudales mínimos no hay vida en el cauce y la sociedad protesta. En Panamá ya está pasando… paradojas de la gestión del agua…