El «espejo de agua» para Huidobro es su mundo onírico. Al sumergirse en el agua, «se aleja de su cuarto», de su vida diaria, de su realidad, y dice entonces que este espejo de agua es «más profundo que el orbe». Para Vicente, el cisne, árbitro de la elegancia, también se ahoga con ella, como metàfora de hacer desaparecer mientras duerme todo lo que hacemos de manera «consciente», lo «correcto», pues mientras dormimos no hay forma de que la elegancia se muestre , solo hay puro «inconsciente», sumergidos en el espejo acuoso del sueño.
Y es en el mundo de lo inconsciente donde cumplimos todos nuestros deseos, donde somos nosotros realmente, al liberar los impulsos que controlamos a diario: el agua es nuestra válvula de escape para reflejar en ella la imagen de quienes realmente somos, sin barreras, sin obstáculos, sin control: «nuestro verdadero yo».
Pero el autor se da cuenta de que lo tiene estancado ahí, sin posibilidad de salir, tal vez porque no ha logrado que sus sueños se conviertan en retos y se vuelvan realidad.
En el agua tranquila del sueño, Huidobro es optimista y ve como sus sueños se alejan de ese estanque como pequeños barquitos, y él está en la popa, alegre, cantando, siendo feliz, siendo quien verdaderamente es…»se hincha una rosa en su pecho»… al llenarse de emoción su corazón, como cuando se abren las rosas, en ese momento mágico en el que nace la flor…mágico y único…como el agua.
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futurodelagua.com pretende deconstruir el discurso dominante de la gestión del agua desde la ontología del lenguaje, disciplina base del coaching ontológico, especialización del autor.
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El agua además de servir como espejo, funciona perfectamente para otras cosas, igual de útiles…
Cuando llueve, las gotas que azotan por doquier, no solo limpian las paredes de mi casa, sino también las de mi mente, llevándose ideas antiguas que no me sirven, que no me hacen bien. La lluvia refresca mi jardín y mi alma, haciendo que ambos se vuelvan fértiles y creativos.
Cuando lloro, las lágrimas liberan todas esas cadenas que no me dejan razonar, cual tijera corta con inmediatez mi sofoco.
Cuando sudo, mi alma avanza más liviana…
En agua nos crearon.
En agua sexual, portadora de vida.
Cuando el agua es equilibrada en su presencia, cuando no está largo tiempo ausente, es portadora de vida. Cuando no nos lava ni aplaca nuestra sed, no lo es. Como casi todo, da vida cuando hay la justa y la quita cuando hay más o menos de la que necesitamos. Incertidumbres del agua, leit motiv de su futuro